»Dios mío, todos somos pecadores, y si tu pueblo llega a pecar contra ti, a lo mejor te vas a enojar tanto que lo entregarás a sus enemigos. Ellos se llevarán a tu pueblo a otro lugar, lejos o cerca.
Eclesiastés 7:20 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Sin embargo, no hay en este mundo nadie tan bueno que siempre haga el bien y nunca peque. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. Biblia Nueva Traducción Viviente No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque. Biblia Católica (Latinoamericana) No hay en la tierra ningún hombre lo bastante justo como para hacer el bien sin nunca pecar. La Biblia Textual 3a Edicion Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por cierto, no existe en la tierra hombre tan justo que haga el bien y nunca peque. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. |
»Dios mío, todos somos pecadores, y si tu pueblo llega a pecar contra ti, a lo mejor te vas a enojar tanto que lo entregarás a sus enemigos. Ellos se llevarán a tu pueblo a otro lugar, lejos o cerca.
»Dios mío, todos somos pecadores, y si tu pueblo llega a pecar contra ti, a lo mejor te vas a enojar tanto que lo entregarás a sus enemigos, y ellos se llevarán a tu pueblo a otro lugar, lejano o cercano.
»¿Por qué te quejas de que Dios no te responde? Estás muy equivocado; Dios es más grande que nosotros.
Si tomaras en cuenta todos nuestros pecados, nadie podría presentarse ante ti.
1 (1b) Los necios piensan: «Dios no existe». Pero son gente corrompida, todo lo que hacen es odioso; ¡ninguno de ellos hace lo bueno!
Pero no hay uno solo que no se haya alejado de Dios; no hay uno solo que no se haya corrompido; no hay uno solo que haga el bien.
No me llames a cuentas, que ante ti, nadie en el mundo puede considerarse inocente.
Nadie puede decir que tiene buenos pensamientos ni que está limpio de pecado.
»Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el castigo que nosotros merecíamos.
Aun nuestras mejores obras son como un trapo sucio; hemos caído como hojas secas, y nuestros pecados nos arrastran como el viento.
se trata de una simple enfermedad de la piel, y la persona será declarada pura.
Todos cometemos muchas faltas. ¿Quién, entonces, es una persona madura? Solo quien es capaz de dominar su lengua y de dominarse a sí mismo.