Después seguí hacia la entrada de la Fuente y el estanque del Rey, pero como mi burro no podía pasar por allí, bajé al valle.
Eclesiastés 2:6 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual También mandé construir represas de agua para regar los árboles que allí crecían. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Biblia Nueva Traducción Viviente Construí represas para juntar agua con la cual regar todos mis huertos florecientes. Biblia Católica (Latinoamericana) Me hice cavar cisternas para regar mis plantaciones. La Biblia Textual 3a Edicion me hice estanques de agua, para regar con ellos el soto donde se cultivaban mis árboles; Biblia Serafín de Ausejo 1975 me construí estanques para regar la frondosa plantación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde los árboles crecían. |
Después seguí hacia la entrada de la Fuente y el estanque del Rey, pero como mi burro no podía pasar por allí, bajé al valle.
También le pedí una carta para Asaf, que era el guardabosque del rey. Asaf debía entregarme madera para las puertas de la torre, la cual estaba cerca del templo de Dios, y también para los muros de protección de la ciudad y para mi casa. El rey me dio todo lo que le pedí, porque mi buen Dios me estaba ayudando.
Salum hijo de Colhozé, que era gobernador del distrito de Mispá, reparó la entrada de la Fuente. La cubrió con un techo y colocó los portones con sus cerrojos y sus barras. También arregló el muro desde el estanque de Siloé, que está junto al jardín del rey, hasta las escaleras que bajan de la parte más antigua de la ciudad de Jerusalén.
Nehemías hijo de Azbuc, que era gobernador de la mitad del distrito de Bet-sur, reparó la siguiente sección del muro que está frente a la tumba de David, hasta el estanque de agua y el cuartel de los soldados.
Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!
4 (5) tu cuello me recuerda a una torre de marfil. Tienen tus ojos el brillo de los manantiales de Hesbón. Afilada es tu nariz, como la torre del Líbano orientada hacia Damasco.
Son como árboles plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la corriente, el calor no les causa ningún daño, sus hojas siempre están verdes y todo el año dan fruto.