Eclesiastés 10:12 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Cuando el sabio habla, a todos les cae bien; cuando el tonto abre la boca, provoca su propia ruina. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina. Biblia Nueva Traducción Viviente Las palabras sabias traen aprobación, pero a los necios, sus propias palabras los destruyen. Biblia Católica (Latinoamericana) Las palabras del sabio son una gracia, en cambio las del tonto son perjudiciales, en primer lugar para él. La Biblia Textual 3a Edicion Las palabras del sabio son provechosas, Pero los labios del necio causan su propia ruina. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las palabras de la boca del sabio son favor para él, pero al necio sus labios le pierden. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Las palabras de la boca del sabio están llenas de gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina. |
Cuando los buenos hablan, lo hacen siempre con sabiduría, y siempre dicen lo que es justo.
8 (9) y caerán heridos de muerte. Su propia lengua será su ruina, y quienes los vean acabarán burlándose de ellos.
El que habla sin pensar hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe sanar la herida.
Cuando los sabios hablan, comparten sus conocimientos; cuando los tontos hablan, solo dicen tonterías.
Es muy bueno dar buenas respuestas, pero responder a tiempo es aún mejor.
No hay testigo falso que salga bien librado; todo mentiroso recibe su castigo.
Un proverbio en labios de un tonto es lo mismo que un cuchillo en manos de un borracho.
Cuando los sabios hablan, sus palabras son como la vara que guía al buey. Sus colecciones de proverbios vienen de Dios, y son como las estacas que sostienen la tienda de campaña.
Es verdad que, «el tonto no quiere trabajar y por eso acaba muriéndose de hambre»;
2 (1) Ante Dios, piensa bien lo que vas a decir, pues Dios es más poderoso que tú.
6 (5) No cometas el error de hablar sin pensar. Tampoco te disculpes luego con el sacerdote, y digas que lo hiciste sin querer. No hay necesidad de que Dios se enoje contigo y destruya lo que tanto trabajo te ha costado, ¡y todo por hablar sin pensar!
pues se oyen mejor las suaves palabras de los sabios que los gritos del más grande de los tontos.
El rey le respondió: “Eres un empleado malo. Tú mismo te has condenado con tus propias palabras. Si sabías que soy muy exigente, y que pido hasta lo imposible,
Todos hablaban bien de Jesús, pues se admiraban de lo agradables que eran sus enseñanzas. La gente preguntaba: —¿No es este el hijo de José?
No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.
de conversar con ellos. Hablen siempre de cosas buenas, díganlas de manera agradable, y piensen bien cómo se debe contestar a cada uno.