José tenía treinta años cuando se despidió del rey y comenzó a viajar por todo Egipto.
Daniel 1:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual El rey conversó con todos los jóvenes, pero no encontró entre todos ellos uno solo tan inteligente como Daniel y sus amigos Ananías, Misael y Azarías. Por lo tanto, los cuatro se quedaron al servicio del rey, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey habló con ellos y ninguno le causó mejor impresión que Daniel, Ananías, Misael y Azarías. De modo que entraron al servicio real. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey les habló y, entre todos ellos, no encontró a ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Se quedaron pues para servir al rey. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando el rey habló con ellos, no fue hallado entre todos ellos ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; y así, permanecieron en presencia del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey conversó con ellos; y de entre todos los jóvenes, no se encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Quedaron, pues, al servicio del rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey habló con ellos, y de entre todos ellos no se halló ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; y así estuvieron delante del rey. |
José tenía treinta años cuando se despidió del rey y comenzó a viajar por todo Egipto.
Elías era un profeta de Tisbé, pueblo que estaba en la región de Galaad. Un día, Elías le anunció a Ahab: «Juro por el Dios de Israel, a quien sirvo, que durante varios años no va a llover ni a caer rocío hasta que yo lo diga, y así será».
Dios me contestó: «Yo soy el Dios de Israel. Si te vuelves a mí, yo calmaré tu dolor y podrás de nuevo servirme. Si dejas de hablar tonterías, y comienzas a anunciar lo que realmente vale la pena, entonces tú serás mi profeta. No le hagas caso al pueblo; son ellos quienes deben escucharte.
Cuando se cumplió el plazo que el rey había puesto, Aspenaz llevó a los jóvenes ante el rey Nabucodonosor.
Entre los que fueron llevados al palacio del rey estaban cuatro jóvenes de la tribu de Judá. Se llamaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías,
pero el jefe de los sirvientes del palacio les cambió el nombre. A Daniel le puso Beltsasar, a Ananías le puso Sadrac, a Misael le puso Mesac, y a Azarías le puso Abed-nego.
»No hay otro dios que pueda hacer lo que el Dios de estos jóvenes ha hecho. Por lo tanto, ordeno que quien hable mal de este Dios sea cortado en pedazos, y que su casa se convierta en un basurero. ¡No me importa de dónde sea ni qué idioma hable!»