2 Timoteo 4:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual La primera vez que tuve que presentar mi defensa ante las autoridades de Roma, nadie me ayudó. ¡Todos me abandonaron! Le pido a Dios que no los castigue por eso. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Biblia Nueva Traducción Viviente La primera vez que fui llevado ante el juez, nadie me acompañó. Todos me abandonaron; que no se lo tomen en cuenta. Biblia Católica (Latinoamericana) La primera vez que presenté mi defensa, nadie estuvo a mi lado, todos me abandonaron. ¡Que Dios no se lo tenga en cuenta! La Biblia Textual 3a Edicion En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En la primera vista de mi causa nadie se presentó a favor mío, sino que todos me abandonaron. ¡Que no se les tome en cuenta! Biblia Reina Valera Gómez (2023) En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, antes todos me abandonaron; ruego a Dios que no les sea imputado. |
»Cuando los lleven a las sinagogas, o ante los jueces y las autoridades, para ser juzgados, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a defenderse.
Pronto, muy pronto, todos ustedes huirán, cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no estaré solo, porque Dios mi Padre está conmigo.
«Escúchenme, amigos israelitas y líderes del país; ¡dejen que me defienda!»
Pero les dije que nosotros, los romanos, no acostumbramos ordenar la muerte de nadie sin que esa persona tenga la oportunidad de ver a sus acusadores y defenderse.
Luego cayó de rodillas y gritó con todas sus fuerzas: «Señor, no los castigues por este pecado que cometen conmigo.» Y con estas palabras en sus labios, murió.
No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
¡Qué bueno que Dios los haya hecho ponerse tristes! ¡Vaya cambio que tuvieron! Así pudieron darse cuenta de que soy inocente, y hasta me defendieron. También se enojaron y tuvieron miedo de lo que podría suceder. Sintieron deseos de verme, y castigaron al culpable. Con todo esto, ustedes demostraron que no tenían nada que ver en el asunto.
Y esos que me envidian no la anuncian con sinceridad; lo hacen porque son egoístas y solo quieren crearme más problemas aquí en la cárcel.
Está bien que yo piense así de todos ustedes, porque los quiero mucho, y porque ustedes comparten conmigo el trabajo de amor que Dios me ha encargado. En la cárcel, o delante de los jueces, ustedes siempre me apoyan para afirmar la verdad de esta buena noticia.
Seguramente ya sabes que todos los cristianos de la provincia de Asia me abandonaron. ¡Hasta Figelo y Hermógenes me dejaron solo!
Demas me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica, pues ama demasiado las cosas de este mundo. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia.
Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas.