Después, un hombre que pertenecía al grupo de los profetas de Dios le dijo a uno de sus compañeros: —Dios ordena que me hieras. Por favor, hazlo. Pero su compañero no quiso herirlo.
2 Reyes 6:1 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Un día, los profetas le dijeron a Eliseo: —Mira, el lugar donde vivimos contigo es demasiado pequeño para nosotros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, el grupo de profetas fue a ver a Eliseo para decirle: —Como puedes ver, este lugar, donde nos reunimos contigo es demasiado pequeño. Biblia Católica (Latinoamericana) Los hermanos profetas dijeron a Eliseo: 'El lugar donde vivimos contigo se ha hecho muy estrecho para nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar donde moramos delante de ti es estrecho para nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijeron los hijos de los profetas a Eliseo: 'Mira que el lugar en que habitamos en tu compañía es demasiado estrecho para nosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. |
Después, un hombre que pertenecía al grupo de los profetas de Dios le dijo a uno de sus compañeros: —Dios ordena que me hieras. Por favor, hazlo. Pero su compañero no quiso herirlo.
Cuando los profetas de la ciudad de Jericó vieron a Eliseo al otro lado del río, dijeron: «Ahora Eliseo es el sucesor de Elías». Entonces fueron a su encuentro, se inclinaron delante de él en señal de respeto,
Los profetas que estaban en Betel salieron a ver a Eliseo y le preguntaron: —¿Ya sabes que hoy Dios se va a llevar a tu maestro? Él les contestó: —Sí, ya lo sé, pero no digan nada.
Los profetas que vivían en Jericó fueron a ver a Eliseo y le preguntaron: —¿Ya sabes que Dios va a quitarte a tu maestro hoy? Él contestó: —Sí, ya lo sé, pero no digan nada.
y se detuvieron a la orilla del río Jordán. Cincuenta profetas los habían seguido, pero permanecieron a cierta distancia de ellos.
Una mujer que había estado casada con un profeta le dijo a Eliseo: —Mi marido estuvo siempre al servicio de Dios y de usted, pero ahora está muerto. Él había pedido dinero prestado, y ahora el hombre que se lo prestó se quiere llevar como esclavos a mis dos hijos.
Después de esto, Eliseo volvió a Guilgal. Por esa época no había qué comer en la región, y todos pasaban hambre. Un día, Eliseo estaba sentado con los profetas, y le dijo a su sirviente: «Prepara en la olla grande un guiso».
Déjanos ir al río Jordán, allí tomaremos troncos y nos haremos una casa. Eliseo les contestó: —Está bien. Vayan.
y ahora mismo te ha librado de la angustia, te ha servido un banquete, y te ha dado plena libertad.
apagaron grandes incendios. Escaparon de que los mataran con espada, recibieron fuerzas cuando más débiles estaban, y en la guerra fueron tan poderosos que vencieron a los ejércitos enemigos.
Un día los descendientes de José le dijeron a Josué: —Dios nos ha bendecido y ahora somos muchos, pero solo nos has dado una porción de territorio. Necesitamos más.
Todas estas ciudades y sus aldeas pertenecían a la tribu de Dan. Más tarde los de Dan perdieron sus tierras, así que fueron al norte y atacaron la ciudad de Lésem. Mataron a toda la gente que allí vivía, y se apoderaron de la ciudad. A la ciudad le cambiaron el nombre y la llamaron Dan, en honor de su antepasado.
envió a un grupo de sus hombres para apresar a David. Cuando los hombres de Saúl llegaron a ese lugar, se encontraron con que Samuel y un grupo de profetas estaban dando mensajes de parte de Dios. Entonces el espíritu de Dios tomó control de los enviados de Saúl, y también ellos empezaron a profetizar.