A la mañana siguiente Abraham madrugó, y cortó leña suficiente para hacer un gran fuego. Preparó su burro y se puso en camino al lugar que Dios le había señalado. Iba acompañado de su hijo Isaac y dos de sus sirvientes.
2 Reyes 4:24 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual La mujer ordenó que prepararan la burra, y le dijo a su sirviente: —Apura al animal. Que no se detenga hasta que yo te diga. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después hizo enalbardar el asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener en el camino, sino cuando yo te lo dijere. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces ensilló el burro y le dijo al sirviente: «¡Apúrate! Y no disminuyas el paso a menos que yo te lo diga». Biblia Católica (Latinoamericana) Ensilló la burra y dijo al sirviente: 'Vamos, llévame y no te detengas en el camino a menos que te lo pida'. La Biblia Textual 3a Edicion Y enalbardó el asna, y dijo al siervo: ¡Arrea y anda sin detenerte, a menos que te lo diga! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mandó aparejar la pollina y dijo a su criado: 'Guía y camina; y no te detengas hasta que yo te diga'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después hizo enalbardar una asna, y dijo al criado: Guía y anda; no detengas por mí tu cabalgar, a menos que yo te lo diga. |
A la mañana siguiente Abraham madrugó, y cortó leña suficiente para hacer un gran fuego. Preparó su burro y se puso en camino al lugar que Dios le había señalado. Iba acompañado de su hijo Isaac y dos de sus sirvientes.
Luego les ordenó que le alistaran su burro y, cuando estuvo listo, se montó sobre el animal
El profeta de Judá terminó de comer y de beber, y el anciano profeta le preparó el burro.
El esposo le preguntó: —¿Por qué vas a ir a verlo? Hoy no es día de fiesta religiosa; tampoco es sábado ni hay luna nueva. La mujer respondió: —Yo sé lo que hago.
La mujer partió y fue a ver al profeta, que estaba en el monte Carmelo. Cuando Eliseo la vio, le dijo a su sirviente: «Mira, allá a lo lejos viene la señora del pueblo de Sunem.
Entonces Moisés montó en un burro a su esposa y a sus hijos, y emprendió el camino de regreso a Egipto. En la mano llevaba la vara que Dios le había dado.