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2 Reyes 22:11 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

y cuando el rey escuchó lo que decía el libro, fue tanta su tristeza y angustia, que rompió su ropa.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el rey oyó lo que estaba escrito en el libro de la ley, rasgó su ropa en señal de desesperación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando el rey oyó las palabras del libro, rasgó su ropa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y aconteció que cuando el rey escuchó las palabras del Rollo de la Ley, rasgó sus vestidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sucedió que cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras.

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Lòt tradiksyon



2 Reyes 22:11
12 Referans Kwoze  

Allí mismo Jacob rompió su ropa en señal de tristeza, se vistió de luto, y durante mucho tiempo lloró por la muerte de su hijo.


Además, el sacerdote Hilquías encontró este libro y me lo entregó. Aquí lo tienes». Entonces Safán se lo leyó al rey,


Y cuando el rey escuchó lo que decía el libro de la Ley, rompió su ropa en señal de tristeza.


Tiemblo de miedo en tu presencia; ¡tu palabra me hace temblar!


Yo hice todo lo que existe, y todo me pertenece». Dios continuó diciendo: «Yo miro con bondad a los pobres y afligidos que respetan mi palabra.


Cuando terminó de leer, los jefes se miraron unos a otros y, con mucho miedo, le dijeron: —Esto tiene que saberlo el rey. Pero, dinos, ¿de dónde sacaste todo esto? ¿Acaso te lo dictó Jeremías?


Mientras el rey y los jefes escuchaban las palabras escritas en el libro, no tuvieron miedo ni se mostraron arrepentidos.


¡Arrepiéntanse y vuelvan a mí, pero háganlo de todo corazón, y no solo de palabra! Yo soy tierno y bondadoso, y no me enojo fácilmente; yo los amo mucho y estoy dispuesto a perdonarlos”.


El Dios de Israel ha dicho: «Ustedes, habitantes de Judá, han llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! Rechazaron mis enseñanzas y no quisieron obedecerlas. Prefirieron adorar a los dioses falsos que antes adoraron sus antepasados.


Josué y los líderes israelitas se acercaron al cofre de Dios, rompieron su ropa y se echaron ceniza sobre la cabeza para mostrar su gran tristeza. Luego se inclinaron hasta tocar el suelo con su frente, y así permanecieron hasta que anocheció.