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2 Crónicas 6:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Pero ahora, te he construido una casa, para que vivas allí para siempre».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Yo, pues, he edificado una casa de morada para ti, y una habitación en que mores para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo te he edificado una Casa, un lugar donde habites para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y yo he construido una Casa sublime para ti, un lugar en que habites para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo te he construido una mansión excelsa, un lugar donde habites para siempre'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero yo he edificado una casa de morada para ti, un lugar donde habites para siempre.

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Lòt tradiksyon



2 Crónicas 6:2
19 Referans Kwoze  

A él sí lo dejaré que me construya una casa, y haré que su reino dure para siempre.


Pero ahora, te he construido una casa, para que vivas allí para siempre».


Además, David le indicó a Salomón quiénes quedarían bajo sus órdenes y lo ayudarían a construir el templo: los sacerdotes y sus ayudantes, que por turnos prestarían sus servicios en el templo de Dios; los obreros expertos en trabajos manuales; los jefes y todo el pueblo en general. Luego, David le dijo a Salomón: «¡Sé fuerte y valiente! ¡Cumple con tu trabajo y construye el templo de Dios! ¡No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios siempre estará contigo! Él no te dará la espalda ni te abandonará».


Además, Dios me prometió que Salomón construirá el templo y sus salones, y que lo tratará como a un hijo.


Entonces Salomón dijo: «Dios mío, tú siempre has vivido en la espesa nube que acompaña al santuario.


Luego el rey se dio vuelta y miró a todo el pueblo de Israel, que se había reunido y estaba de pie. Entonces los bendijo.


Además, quiero que lleves el oro y la plata que nosotros hemos ofrecido al Dios de Israel, que tiene su templo en Jerusalén.


Lleva también todo el oro y la plata que puedas conseguir en toda la provincia de Babilonia, más las ofrendas que la gente y los sacerdotes den voluntariamente para el templo.


¡Alabemos a nuestro Dios, el Dios que vive en Jerusalén! ¡Alabémoslo!


”El gobernador deberá acompañar siempre al pueblo, tanto cuando entre al templo como cuando salga.


Y oí que del trono salía una fuerte voz que decía: «Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos, y ellos serán suyos para siempre. En efecto, Dios mismo será su único Dios.