El salón que estaba adelante medía nueve metros de largo, y cuatro metros y medio de ancho.
2 Crónicas 3:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual El pórtico de la entrada medía lo mismo que el ancho del templo: nueve metros de largo y nueve de alto. Salomón recubrió de oro fino el interior del pórtico. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte codos; y lo cubrió por dentro de oro puro. Biblia Nueva Traducción Viviente La antesala que estaba al frente del templo medía nueve metros de ancho, coincidía con la anchura total del templo, y medía nueve metros de alto. Después revistió el interior de oro puro. Biblia Católica (Latinoamericana) El vestíbulo que estaba delante tenía una longitud de veinte codos, correspondientes al ancho de la casa, y una altura de ciento veinte. Salomón lo recubrió por dentro de oro puro. La Biblia Textual 3a Edicion El pórtico que estaba adelante tenía la longitud conforme al ancho de la Casa: veinte codos, y la altura: veinte codos;° y lo recubrió de oro puro por dentro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El pórtico que estaba delante tenía veinte codos de largo, igual que la anchura del templo; y su altura era de ciento veinte codos. Salomón lo revistió por dentro de oro puro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El pórtico que estaba en la parte frontal del templo, tenía longitud de veinte codos, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte: y lo cubrió por dentro de oro puro. |
El salón que estaba adelante medía nueve metros de largo, y cuatro metros y medio de ancho.
Luego subimos diez escalones para llegar al pórtico que medía diez metros de ancho por seis de largo. Aquel hombre midió las columnas del pórtico, y cada una medía dos metros y medio de grueso. Junto a cada marco del pórtico había una columna. El portón era de siete metros de ancho, y las paredes que estaban al lado del portón medían un metro y medio de ancho.
Sin separarse de Pedro ni de Juan, el hombre siguió caminando. La gente corrió asombrada tras ellos hasta otra entrada, conocida como Portón de Salomón, y los rodeó.
Por medio de los apóstoles, Dios seguía haciendo milagros y señales maravillosas entre la gente. Todos los días, los seguidores de Jesús se reunían en el Portón de Salomón,