Tú elegiste a tu pueblo de entre todas las otras naciones. ¡Somos tuyos! Así lo dijiste por medio de Moisés, cuando sacaste de Egipto a nuestros antepasados».
1 Reyes 8:51 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Porque se trata de tu pueblo; el pueblo que tú sacaste de Egipto, donde sufría tanto como si hubiese estado en un horno ardiente. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. Biblia Nueva Traducción Viviente porque es tu pueblo —tu posesión más preciada— que sacaste de Egipto, ese horno para fundir hierro. Biblia Católica (Latinoamericana) porque ellos son tu pueblo y tu propiedad personal, a los que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. La Biblia Textual 3a Edicion Por cuanto son tu pueblo y tu heredad, que Tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque son tu pueblo y tu heredad, la que tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque ellos son tu pueblo y tu heredad, que tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. |
Tú elegiste a tu pueblo de entre todas las otras naciones. ¡Somos tuyos! Así lo dijiste por medio de Moisés, cuando sacaste de Egipto a nuestros antepasados».
escucha desde el cielo sus oraciones y ruegos, y ayúdalo; perdónale a tu pueblo todos los pecados que haya cometido contra ti.
»Nosotros somos tus servidores; pertenecemos al pueblo que tú sacaste de Egipto con gran poder.
Yo los limpié de su maldad por medio del sufrimiento, y no lo hice por dinero.
»Dios, no te enojes demasiado ni te acuerdes todo el tiempo de nuestros pecados: ¡mira que somos tu pueblo!
Este pacto es el mismo que hice con los antepasados de ellos, cuando los saqué de Egipto, país que parecía un horno para fundir hierro. Yo les pedí que obedecieran todos mis mandamientos, así ellos serían mi pueblo y yo sería su Dios.
Pero nuestro Dios no es así; ¡él hizo todo lo que existe! Nuestro Dios nos eligió y nos hizo su pueblo. ¡Su nombre es el Dios todopoderoso!»
Dicho esto, Nabucodonosor se acercó al horno lo más que pudo, y gritó: «Sadrac, Mesac y Abed-nego, servidores del Dios altísimo, ¡salgan de allí!» Los tres jóvenes salieron del horno.
»Cuando Dios los rescató a ustedes de Egipto, lo hizo para convertirlos en su propio pueblo.