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1 Reyes 20:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

El rey de Israel contestó: «Su Majestad, yo y todo lo que tengo es suyo».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y el rey de Israel respondió y dijo: Como tú dices, rey señor mío, yo soy tuyo, y todo lo que tengo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Está bien, mi señor el rey —respondió el rey de Israel—. ¡Todo lo que tengo es tuyo!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El rey de Israel le respondió: 'Tú lo has dicho, rey mi señor, soy tuyo con todo lo que me pertenece'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el rey de Israel respondió y dijo: Como tú dices, oh mi señor el rey, yo soy tuyo con todo lo que tengo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió el rey de Israel: 'Conforme a lo que dice el rey mi señor, tuyo soy yo con todo lo que me pertenece'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el rey de Israel respondió, y dijo: Como tú dices, rey señor mío, yo soy tuyo, y todo lo que tengo.

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Lòt tradiksyon



1 Reyes 20:4
10 Referans Kwoze  

Simí le contestó al rey: —Está bien. Haré lo que ha ordenado Su Majestad. Simí vivió en Jerusalén tres años. Pero un día, se vio obligado a ir a Gat en busca de dos esclavos que se le habían escapado. Estaban con Aquís hijo de Maacá, rey de Gat. Cuando Simí volvía de Gat, montado en su burro y con sus dos esclavos,


«Dame tu oro y tu plata, y las mujeres e hijos que más quieras, porque son míos».


Ben-hadad mandó de nuevo unos mensajeros con este mensaje: «Ya te he dicho que tienes que darme tu oro, tu plata, tus mujeres y tus hijos.


Entonces le respondieron: «Nosotros te serviremos a ti, y haremos lo que nos ordenes; pero de ninguna manera nombraremos un rey. Haz lo que te parezca mejor».


A los que aún queden vivos, los llenaré de terror en la tierra de sus enemigos. Oirán caer una hoja, y saldrán huyendo como quien huye de la espada; ¡caerán sin que nadie los persiga!


Por eso Dios enviará contra ustedes muchos enemigos, y ellos harán de ustedes sus esclavos. Dios les quitará todo y vivirán en la pobreza. No tendrán comida, ni agua, ni ropa. ¡Serán esclavos, y acabarán por ser destruidos!


pero a los amonitas los engañaron diciéndoles: «Mañana nos rendiremos, y ustedes podrán hacer con nosotros lo que quieran».