Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Proverbios 21:5 - Biblia Torres Amat 1825

Los pensamientos del hombre activo y diligente siempre traen la abundancia; pero todos los perezosos viven siempre en miseria.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Los proyectos del empeñoso acaban en ganancias; para el que se agita sólo hay déficits.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Los planes del diligente sólo traen ganancia, Los del precipitado, sólo indigencia.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los proyectos del diligente prosperan; mas quien se precipita va a la ruina.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas los del presuroso, de cierto llevan a la pobreza.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Proverbios 21:5
10 Referans Kwoze  

La mano desidiosa produce la mendicidad; pero la mano activa acumula riquezas. Quien se apoya en mentiras, ése tal se alimenta de viento, y corre neciamente tras las aves que vuelan.


El perezoso quiere y no quiere; mas las personas laboriosas se llenarán de bienes.


Quien es sufrido, se gobierna con mucha prudencia; pero el impaciente pone de manifiesto su necedad.


Donde no hay prudencia, que es la ciencia del alma, no hay nada bueno; y quien anda precipitado, tropezará.


El patrimonio adquirido desde el principio malamente y aprisa, al fin carecerá de bendición.


El hombre que tiene afán por enriquecerse y envidia a los otros, no se hace cargo de que le sobrevendrá de repente la pobreza.


¿Has visto tú algún hombre que se precipita para hablar? Antes se puede esperar la enmienda del necio que del locuaz.


El que hurtaba o defraudaba al prójimo, no hurte ya; antes bien trabaje, ocupándose con sus manos en algún ejercicio honesto, para tener con qué subsistir y dar al necesitado.