El día quince del mes octavo, día en que él por su capricho hizo solemne para los hijos de Israel, fue cuando subió al altar, que había erigido en Betel, y quemó el incienso, arrogándose el sacerdocio.
Oseas 11:2 - Biblia Torres Amat 1825 Mis profetas amonestaron a los hijos de Israel; pero éstos se alejaron tanto más de ellos, ofrecían víctimas a Baal y sacrificios a los ídolos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Biblia Nueva Traducción Viviente pero cuanto más lo llamaba, más se alejaba de mí y ofrecía sacrificios a las imágenes de Baal y quemaba incienso a ídolos. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero mientras los llamaba, más se alejaban de mí. Ofrecieron sacrificios a los baales y quemaron incienso ante los ídolos. La Biblia Textual 3a Edicion Cuanto más los llamaba, tanto más se alejaban de ellos.° Ofrecían sacrificios a los baales, y quemaban incienso a los ídolos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuanto más los llamaba yo, más se apartaban de mí; sacrificaban a los baales y quemaban incienso a los ídolos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuanto más los llamaban, así ellos se iban de su presencia; a los Baales sacrificaban, y a los ídolos quemaban incienso. |
El día quince del mes octavo, día en que él por su capricho hizo solemne para los hijos de Israel, fue cuando subió al altar, que había erigido en Betel, y quemó el incienso, arrogándose el sacerdocio.
No obstante, manda ahora mismo juntar delante de mí a todo Israel en el monte Carmelo, y a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y a los cuatrocientos profetas de los bosquetes, a quienes sustenta Jezabel.
Sin embargo, tú los aguantaste por muchos años, y los amonestaste por medio de tu espíritu, hablándoles por boca de los profetas; pero no quisieron escuchar; y los entregaste en poder de los pueblos de las naciones.
la paga o castigo de sus iniquidades y de las iniquidades de sus padres; los cuales ofrecieron sacrificios sobre los montes, y me deshonraron sobre los collados. Yo derramaré en el seno de los hijos la paga debida a las antiguas obras de los padres.
Pues he aquí que mi pueblo se ha olvidado de mí, ofreciendo sacrificios a la vanidad de los ídolos, y tropezando de continuo en sus caminos, en los antiguos caminos, por seguir un carril no trillado,
Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Anda y di al pueblo de Judá, y a los habitantes de Jerusalén : ¿Es posible que no habéis de tomar ejemplo para obedecer a mis palabras, dice el Señor?
Mas no quisieron escuchar, ni dar oídos a eso para convertirse de sus maldades, y abstenerse de ofrecer sacrificios a los dioses extraños.
Entretanto estará mi pueblo como en un hilo, esperando con ansia que yo vuelva; mas a todos se les pondrá un yugo perpetuo.
Y ejerceré en ella mi venganza por los días que sirvió a Baalim, en los cuales le ofrecía incienso, y se ataviaba con sus zarcillos y con sus galas, e iba en pos de sus amantes, y se olvidaba de mí, dice el Señor.
Han ofrecido sacrificios sobre las cimas de los montes, y sobre los collados quemaban el timiama o incienso, y debajo de la encina, y del álamo, y del terebinto, por serles grata su sombra; por esto vuestras hijas darán al traste con su honor, y serán adúlteras vuestras esposas.
No seáis como vuestros padres, a los cuales exhortaban los anteriores profetas, diciendo: Esto dice el Señor de los ejércitos: Convertíos de vuestros malos pasos y de vuestros malvados designios, ellos no me escucharon, ni hicieron caso, dice el Señor.
Mas ellos no quisieron escuchar, y rebeldes volvieron la espalda, y se taparon sus oídos para no oír.
¡Oh Jerusalén , Jerusalén , que matas a los profetas,y apedreas a los que a ti son enviados!, ¿cuántas veces quise recoger a tus hijos, a la manera que el ave cubre su nidada debajo de sus alas, y tú no has querido?
Este juicio de condenación consiste en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, por cuanto sus obras eran malas.
¡Hombres de dura cerviz y de corazón y oído incircuncisos!, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como fueron vuestros padres, así sois vosotros.
Pero los hijos de Israel, añadiendo nuevos pecados a los antiguos, cometieron la maldad delante del Señor, adorando a los ídolos, a Baal y a Astarot, y a los dioses de Siria y de Sidón, y de Moab, y de los hijos de Amón, y de los filis-teos; y abandonaron al Señor, y dejaron de adorarlo.
De lo cual irritado el Señor contra los israelitas, los entregó en manos de los saqueadores, que los cautivaron y vendieron a los enemigos cercanos; ni pudieron ya contrarrestar a sus adversarios;
Y airado el Señor contra los hijos de Israel, los entregó en manos de Cusán Rasataim, rey de Mesopotamia; y les tuvieron sujetos ocho años.