Mas pasado ya el mediodía, y mientras proseguían en sus invocaciones, llegó el tiempo en que suele ofrecerse el sacrificio, sin que se oyese ninguna voz, ni hubiese quien respondiera, ni atendiera a los que oraban.
Números 28:4 - Biblia Torres Amat 1825 el uno le ofreceréis por la mañana y el otro por la tarde, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde; Biblia Nueva Traducción Viviente Sacrifiquen un cordero por la mañana y otro al atardecer. Biblia Católica (Latinoamericana) dos corderos de un año sin defecto. Es el holocausto perpetuo. Ofrecerán uno de los corderos por la mañana, y el otro al atardecer, La Biblia Textual 3a Edicion El primer cordero lo prepararás en la mañana, y el segundo cordero lo prepararás en la tarde. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y ofrecerás el otro por la tarde, entre dos luces; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás entre las dos tardes: |
Mas pasado ya el mediodía, y mientras proseguían en sus invocaciones, llegó el tiempo en que suele ofrecerse el sacrificio, sin que se oyese ninguna voz, ni hubiese quien respondiera, ni atendiera a los que oraban.
Siendo ya el tiempo de ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías, y dijo: Oh Señor Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, muestra hoy que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo, y que por tu mandato he hecho todas estas cosas.
Para que ofreciesen continuamente holocaustos al Señor mañana y tarde, sobre el altar de los holocaustos, conforme a todo lo dispuesto en la ley del Señor prescrita a Israel.
Ascienda mi oración ante tu acatamiento, como el olor del incienso; sea la elevación de mis manos tan grata, como el sacrificio de la tarde.
Lo reservaréis hasta el día catorce de este mes; en el cual, por la tarde, le inmolará toda la multitud de los hijos de Israel.
estando yo todavía profiriendo las palabras de mi oración, he aquí que Gabriel, aquel varón que yo había visto al principio de la visión, volando súbitamente, me tocó en la hora del sacrificio de la tarde;
Ceñíos de cilicio y llorad vosotros, ¡oh sacerdotes!; prorrumpid en tristes clamores, ¡oh ministros del altar!; venid a postraros sobre el cilicio, ¡oh ministros de mi Dios!, porque han desaparecido de la casa de vuestro Dios el sacrificio y la libación.
Estos son los sacrificios que debéis ofrecer: Dos corderos primales sin mancilla todos los días en holocausto perpetuo;
con la décima parte de un efi de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite purísimo.
que es el día catorce de este mes a la tarde, observando todas las ceremonias y ritos de ella.