Maquir dio mujeres a sus hijos Hapfim y Safán; y tuvo una hermana llamada Maaca; su nieto se llamó Salfaad, que solamente tuvo hijas.
Números 27:1 - Biblia Torres Amat 1825 En este tiempo acudieron las hijas de Salfaad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, que fue hijo de José; cuyos nombres son Maala, y Noa, y Hegla, y Melca, y Tersa; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa; Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día las hijas de Zelofehad —Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa— presentaron una petición. Zelofehad, su padre, era descendiente de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, hijo de José. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces se acercaron las hijas de Selofjad, hijo de Jefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, que fue hijo de José. Sus nombres eran: Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá. La Biblia Textual 3a Edicion Se acercaron entonces las hijas de Zelofejad ben Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés ben José, cuyos nombres eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Acercáronse entonces las hijas de Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés, hijo de José. Se llamaban Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y las hijas de Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés, hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, y Noa, y Hogla, y Milca, y Tirsa, llegaron; |
Maquir dio mujeres a sus hijos Hapfim y Safán; y tuvo una hermana llamada Maaca; su nieto se llamó Salfaad, que solamente tuvo hijas.
Hefer fue padre de Salfaad, el cual no tuvo hijos, sino solamente hijas, cuyos nombres son estos: Maala, y Noa, y Hegla, y Melca, y Tersa.
las cuales presentándose a Moisés, y al sumo sacerdote Eleazar, y a todos los caudillos del pueblo en la puerta del Tabernáculo de la alianza dijeron:
y ya no hay distinción de judío ni griego; ni de siervo ni libre; ni tampoco de hombre ni mujer. Porque todos vosotros sois una cosa en Jesucristo.