El día quince del mes octavo, día en que él por su capricho hizo solemne para los hijos de Israel, fue cuando subió al altar, que había erigido en Betel, y quemó el incienso, arrogándose el sacerdocio.
Números 15:39 - Biblia Torres Amat 1825 para que viéndolas se acuerden de todos los mandamientos del Señor y no vayan en pos de sus pensamientos, ni pongan sus ojos en objetos que corrompan su corazón; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando vean las borlas, recordarán y obedecerán todos los mandatos del Señor, en lugar de seguir sus propios deseos y contaminarse, tal como es su tendencia. Biblia Católica (Latinoamericana) Así será sus flecos y cuando los vean, se acordarán de todos los mandamientos de Yavé. De esta manera los pondrán en práctica y no seguirán las malas inclinaciones de su corazón o de sus ojos que los arrastran a la infidelidad. La Biblia Textual 3a Edicion Tales flecos os servirán para que, cuando los veáis, os acordéis de todos los mandamientos de YHVH y los cumpláis, y no sigáis el impulso de vuestro corazón ni de vuestros ojos, tras el cual os prostituís, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando veáis el fleco, os traerá a la memoria todos los mandamientos de Yahveh, para que los pongáis en práctica y no os dejéis llevar por los caprichos de vuestro corazón ni de vuestros ojos, a causa de los cuales os prostituís. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y os servirá de franja, para que cuando lo viereis, os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales fornicáis. |
El día quince del mes octavo, día en que él por su capricho hizo solemne para los hijos de Israel, fue cuando subió al altar, que había erigido en Betel, y quemó el incienso, arrogándose el sacerdocio.
Si desvié mis pasos del camino recto, y si mi corazón se fue tras de mis ojos, y se apegó alguna mancha a mis manos,
y contaminada con sus obras; y se prostituyeron a los ídolos hechuras suyas.
Así es que los que de ti se alejan, perecerán; arrojarás a la perdición a todos aquellos que te quebrantan la fe.
Y será como una señal en tu mano, y como un recuerdo delante de tus ojos, a fin de que la ley del Señor esté siempre en tu boca; por cuanto con brazo fuerte te sacó de Egipto el Señor.
El que confía en su propio consejo, es un insensato; mas quien procede sabiamente, ése se salvará.
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y guarda en tu corazón mis mandamientos;
Gózate, pues, ¡oh joven disoluto!, en tu mocedad; disfrute de los bienes tu alma en los floridos días de tu juventud; sigue las inclinaciones de tu corazón y lo que agrada a tus ojos; pero sábete que de todas esas cosas te pedirá Dios cuenta en el día en que te juzgue.
sino que se han dejado llevar de su depravado corazón, y han ido en pos de los ídolos; como lo aprendieron de sus padres.
Aquellos, pues, de vosotros que se hayan librado de la muerte, se acordarán de mí entre las naciones a donde serán llevados cautivos; porque yo quebrantaré su corazón adúltero, que se apartó de mí; y humillaré sus ojos, encendidos siempre en el impuro amor de sus ídolos; y ellos se disgustarán de sí mismos, al recordar las maldades que cometieron en todas sus abominaciones.
Acusad a vuestra madre, acusadla; porque ya no es mi esposa, ni yo soy su esposo. Aparte de sí sus prostituciones, o idolatrías, y arroje de su seno los adulterios.
y que cuando el tal oyere las palabras de este juramento, se lisonjee a sí mismo, diciendo: Yo tendré paz aunque me abandone al desorden de mi corazón: con lo que embriagado con este error arrastre tras sí a los inocentes.
Guárdate, ¡oh Israel!, de olvidarte jamás del pacto que hizo contigo el Señor Dios tuyo; ni te formes imagen esculpida de las cosas que ha prohibido hacer el Señor;
Está alerta, y guárdate de no olvidarte jamás del Señor Dios tuyo, ni de dejar de observar sus mandamientos y leyes, y ceremonias que hoy te prescribo:
se engría tu corazón, y eches en olvido a tu Señor Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud,
¿Pensáis acaso que sin motivo dice la Escritura: El Espíritu de Dios que habita en vosotros, os ama y codicia con celos?