El Señor es quien ampara a los humildes, y abate hasta el suelo a los soberbios pecadores.
Números 12:3 - Biblia Torres Amat 1825 (pues era Moisés el hombre más manso de cuantos moraban sobre la tierra), Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente (Ahora bien, Moisés era muy humilde, más que cualquier otra persona en la tierra). Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora bien, Moisés era un hombre muy humilde. No había nadie más humilde que él en la faz de la tierra. La Biblia Textual 3a Edicion (Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra.) Biblia Serafín de Ausejo 1975 Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre de sobre la faz de la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) (Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.) |
El Señor es quien ampara a los humildes, y abate hasta el suelo a los soberbios pecadores.
Porque el Señor ha mirado benignamente a su pueblo; y exaltará a los humildes y los salvará.
al momento le dijo a él, y a Aarón y a María: Venid los tres solos al Tabernáculo de la alianza. Venidos que fueron,
Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis el reposo para vuestras almas.
Decid a la hija de Sión: Mira que viene a ti tu rey lleno de mansedumbre, sentado sobre un asna y su burrito, hijo de la que está acostumbrada al yugo.
Mas yo, Pablo, aquel mismo Pablo que, como dicen mis enemigos, parezco tan pequeño o humilde estando entre vosotros, pero que ausente soy para con vosotros osado, o imperioso, os suplico encarecidamente por la mansedumbre y modestia de Cristo ,
Casi estoy hecho un mentecato con tanto alabarme; mas vosotros me habéis forzado a serlo. Porque a vosotros os tocaba volver por mí; puesto que en ninguna cosa he sido inferior a los más aventajados apóstoles; aunque por mí nada soy.
Pudiendo como apóstoles de Cristo gravaros, con la carga de nuestra subsistencia, más bien nos hicimos párvulos, o mansos y suaves, en medio de vosotros, como una madre que está criando, llena de ternura para con sus hijos,
Mas si tenéis un celo amargo y el espíritu de discordia en vuestros corazones, no hay para qué gloriaros y levantar mentiras contra la verdad;
Porque así también se ataviaban antiguamente aquellas santas mujeres, que esperaban en Dios, viviendo sujetas a sus maridos.