Y descendió el Señor a ver la ciudad y la torre, que edificaban los hijos de Adán,
Números 11:17 - Biblia Torres Amat 1825 y descenderé yo, y te hablaré, y yo tomaré de tu espíritu, y lo comunicaré a ellos para que sostengan contigo la carga del pueblo, y no te sea demasiado grave llevándola solo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo descenderé y allí hablaré contigo. Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del pueblo junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo. Biblia Católica (Latinoamericana) Bajaré y hablaré contigo; luego tomaré de mi espíritu que está en ti y se lo pondré a ellos. Llevarán contigo la carga del pueblo y ya no tendrás que llevarla solo. La Biblia Textual 3a Edicion Y Yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, para que soporten contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo descenderé y te hablaré allí; tomaré del espíritu que hay en ti y se lo infundiré a ellos, para que compartan contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yo descenderé y hablaré allí contigo; y tomaré del espíritu que está en ti, y lo pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. |
Y descendió el Señor a ver la ciudad y la torre, que edificaban los hijos de Adán,
Y se fue o desapareció el Señor, luego que acabó de hablar con Abrahán; el cual se volvió a su casa.
Así que vieron esto los hijos de los profetas, que habían venido de Jericó , y estaban en la orilla opuesta, dijeron: El espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo, y saliéndole al encuentro, le hicieron profunda reverencia postrados en tierra,
Así que hubieron pasado, dijo Elías a Eliseo: Pide lo que quieras que yo haga por ti, antes que sea de ti separado. Y Eliseo dijo: Pido que sea duplicado en mí tu espíritu.
Les diste tu espíritu bueno que los instruye por medio de Moisés, y no quitaste tu maná de la boca, y cuando sedientos, les diste agua.
Con trabajo tan ímprobo te consumes, no solamente tú sino también este pueblo que te rodea. Es empeño superior a tus fuerzas; no podrás sobrellevarle tú solo.
los cuales sean jueces del pueblo continuamente. Y si ocurre alguna cosa grave, remítanla a ti, sentenciando ellos las de menos importancia; y así será para ti más llevadera la carga, partiéndola con otros.
y estén preparados para el día tercero; porque en el día tercero descenderá el Señor a vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí .
Descendió el Señor sobre el monte Sinaí , en la cima misma del monte, y llamó a Moisés a aquella cumbre. A donde habiendo subido,
Y descendido que hubo el Señor en medio de una nube, se estuvo Moisés con él, pronunciando en alta voz el nombre del Señor.
Y crecerán como crecen los sauces entre la hierba, junto a las corrientes de las aguas.
Pero luego se acordó de los tiempos antiguos; de Moisés y de su pueblo: ¿Dónde está, dijo, ahora aquel que los sacó del mar Rojo a ellos y a los que eran pastores de su grey? ¿Dónde está aquél que puso en medio de ellos el espíritu de su Santo?
Y después de esto sucederá que derramaré yo mi espíritu divino sobre toda clase de hombres; y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos tendrán sueños misteriosos, y tendrán visiones vuestros jóvenes.
Y descendió el Señor en la nube, y habló a Moisés, y tomando del espíritu que en él había, se lo infundió a los setenta varones. Y luego que posó en ellos el espíritu, comenzaron a profetizar, y continuaron siempre así en adelante.
descendió el Señor en la columna de nube, y poniéndose a la entrada del Tabernáculo, llamó a Aarón y a María. A los cuales, así que se presentaron,
porque yo a él le hablo boca a boca, y él ve claramente al Señor, y no por enigmas o figuras. ¿Pues cómo os habéis atrevido a hablar mal de mi siervo Moisés?
A esto le dijo el Señor: Toma a Josué, hijo de Nun, varón de espíritu, y pon tu mano sobre él, o imponle las manos.
Y cuando entraba Moisés en el Tabernáculo de la alianza para consultar el oráculo, oía la voz del Señor que hablaba con él desde el propiciatorio, que estaba sobre el arca del Testamento entre los dos querubines, desde donde hablaba a Moisés.
Ello es así que nadie subió al cielo, sino aquel que ha descendido del cielo, a saber, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
Esto lo dijo por el Espíritu Santo, que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no se había comunicado el Espíritu Santo, porque Jesús todavía no estaba en su gloria.
Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, pues el espíritu de Dios habita en vosotros. Que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo , éste no es de Jesucristo.
Nosotros, pues, no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que es de Dios a fin de que conozcamos las cosas que Dios nos ha comunicado.
Por lo que mira a la caridad fraterna no hay necesidad de escribiros; pues vosotros mismos aprendisteis de Dios a amaros unos a otros,
puesto que habéis renacido no de semilla corruptible, sino incorruptible por la palabra de Dios vivo, la cual permanece por toda la eternidad.
Vosotros al contrario, carísimos, elevándoos a vosotros mismos como un edificio espiritual sobre el fundamento de nuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,
Y te arrebatará el espíritu del Señor, y profetizarás con ellos, y quedarás mudado en otro hombre.