El Señor alumbra a los ciegos. El Señor levanta a los caídos; ama el Señor a todos los justos.
Mateo 9:30 - Biblia Torres Amat 1825 Y se les abrieron los ojos. Mas Jesús les conminó diciendo: Mirad, que nadie lo sepa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces sus ojos se abrieron, ¡y pudieron ver! Jesús les advirtió severamente: «No se lo cuenten a nadie»; Biblia Católica (Latinoamericana) Después les ordenó severamente: 'Cuiden de que nadie lo sepa. La Biblia Textual 3a Edicion Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: '¡Cuidado que nadie lo sepa!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. |
El Señor alumbra a los ciegos. El Señor levanta a los caídos; ama el Señor a todos los justos.
Entonces el cojo saltará como el ciervo, y se desatará la lengua de los mudos; porque también las aguas rebosarán entonces en el desierto y correrán arroyos en la soledad.
Yo soy el Señor. Este es mi nombre. La gloria mía no la cederé a otro, ni el honor mío a los vanos simulacros de los ídolos.
Sabed que mi siervo estará lleno de inteligencia y sabiduría; será ensalzado y engrandecido, y llegará a la cumbre misma de la gloria.
Y al bajar del monte, les puso Jesús precepto, diciendo: No digáis a nadie lo que habéis visto, hasta tanto que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.
Y Jesús le dijo: Mira que no lo digas a nadie; pero ve a presentarte al sacerdote, y ofrece el don que Moisés ordenó, para que les sirva de testimonio.
Tú eres el Hijo de Dios. Mas él los reprendía con graves amenazas para que no le descubriesen.
Pero Jesús les mandó muy estrechamente que nadie lo supiera; y dijo que diesen de comer a la muchacha.
Y le mandó que a nadie lo contase. Pero, anda, le dijo, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda por tu curación, según lo ordenado por Moisés, a fin de que les sirva de testimonio.
Y quedaron sus padres llenos de asombro, a los cuales mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.