Muera irremisiblemente el que blasfemare el nombre del Señor; acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o bien extranjero. Quien blasfemare el nombre del Señor, muera sin remedio.
Mateo 9:3 - Biblia Torres Amat 1825 A lo que ciertos escribas dijeron luego para consigo: Este blasfema. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios?». Biblia Católica (Latinoamericana) Algunos maestros de la Ley pensaron: '¡Qué manera de burlarse de Dios!' La Biblia Textual 3a Edicion Pero algunos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces algunos escribas pensaron para sí: '¡Pero si éste está blasfemando!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, ciertos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema. |
Muera irremisiblemente el que blasfemare el nombre del Señor; acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o bien extranjero. Quien blasfemare el nombre del Señor, muera sin remedio.
Mas la persona que osare cometer algún pecado a sabiendas, ora sea ciudadano, ora extranjero, perecerá de en medio de su pueblo porque fue rebelde al Señor;
A tal respuesta, el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: Ha blasfemado; ¿qué necesidad tenemos ya de testigos? Vosotros mismos acabáis de oír la blasfemia.
porque su modo de instruirlos era con autoridad y no a la manera de sus escribas y fariseos.
Vosotros mismos habéis oído la blasfemia, ¿qué os parece? Y todos ellos lo condenaron por reo de muerte.
En verdad os digo, añadió, que todos los pecados se pedonarán fácilmente a los hijos de los hombres, y aun las blasfemias que dijeren;
pero el que blasfema contra el Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, sino que será reo de eterno juicio o condenación.
porque del interior del corazón del hombre es de donde proceden los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
Entonces los escribas y fariseos empezaron a pensar mal, diciendo para consigo: ¿Quién es éste, que así blasfema? ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios?