Mas él respondió: No, de ningún modo les quitarás la vida; pues no los has hecho prisioneros con tu espada, ni con tu arco, para poder privarlos de la vida; antes bien, preséntales pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
Mateo 5:44 - Biblia Torres Amat 1825 Yo os digo más: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Biblia Nueva Traducción Viviente Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, La Biblia Textual 3a Edicion pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen;° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; |
Mas él respondió: No, de ningún modo les quitarás la vida; pues no los has hecho prisioneros con tu espada, ni con tu arco, para poder privarlos de la vida; antes bien, preséntales pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
si he vuelto mal por mal a los que me lo han hecho, caiga yo justamente en las garras de mis enemigos, sin recurso.
La doctrina del hombre se conoce por la paciencia, y su gloria es no hacer caso de las injurias.
Entretanto Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. Y ellos poniéndose a repartir entre sí sus vestidos, los sortearon.
Entretanto un nuevo mandamiento os doy, y es: Que os améis unos a otros; y que del modo que yo os he amado a vosotros, así también os améis recíprocamente.
Entonces Pablo le gritó con grande voz, diciendo: No te hagas ningún daño, que todos sin faltar uno estamos aquí.
Y poniéndose de rodillas, clamó en alta voz: ¡Señor, no les hagas cargo de este pecado! Y dicho esto durmió en el Señor. Saulo había consentido como los otros a la muerte de Esteban.
El es el que llevó la pena de nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero de la cruz, a fin de que nosotros, muertos a los pecados vivamos a la justicia; y él es por cuyas llagas fuisteis vosotros sanados.
Así, pues, el que de veras ama la vida, y quiere vivir días dichosos, refrene su lengua del mal, y sus labios no se desplieguen a favor de la falsedad.
Y dijo a David: Más justo eres tú que yo; porque tú no me has hecho sino bienes, y yo te he pagado con males.