Miró atrás, y vio a su cabecera un pan cocido al rescoldo y un vaso de agua; comió, pues, y bebió, y se volvió a dormir.
Mateo 4:11 - Biblia Torres Amat 1825 Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a servirle. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces lo deja el diablo, y he aquí unos ángeles se acercaron y lo servían. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces lo dejó el diablo, y unos ángeles se acercaron para servirle. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el diablo le dejó, y he aquí, ángeles vinieron y le servían. |
Miró atrás, y vio a su cabecera un pan cocido al rescoldo y un vaso de agua; comió, pues, y bebió, y se volvió a dormir.
¿Piensas que no puedo acudir a mi Padre, y pondrá en el momento a mi disposición más de doce legiones de ángeles?
y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra.
Donde se mantuvo cuarenta días y cuarenta noches. Allí fue tentado por Satanás; y moraba entre las fieras, y los ángeles le servían.
En esto se le apareció un ángel del cielo, confortándole. Y entrando en agonía, oraba con mayor intensión.
Aunque cada día estaba con vosotros en el templo, nunca me habéis echado la mano; mas ésta es la hora vuestra y el poder de las tinieblas.
Acabadas todas estas tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta otro tiempo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo, aunque no hay en mí cosa que le pertenezca.
Pero el Espíritu Santo dice claramente que en los venideros tiempos han de apostatar algunos de la fe, dando oídos a espíritus falaces y a doctrinas diabólicas,
Por tanto, es menester que observemos con mayor empeño las cosas que hemos oído de su boca, a fin de que no quedemos por desgracia del todo vacíos.
Así mismo en orden a los ángeles dice la Escritura: El que a sus ángeles o embajadores los hace espíritus o ligeros como el viento, y a sus ministros activos como la ardiente llama;