Mientras tanto Aquitofel, viendo que no se había seguido su consejo aparejó su asno, montó, y se fue a su casa de Gilo, su patria; y dispuestos los negocios de su familia, se ahorcó; y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
Mateo 27:5 - Biblia Torres Amat 1825 Mas él, arrojando el dinero en el templo, se fue y echándose un lazo, se ahorcó. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Judas tiró las monedas de plata en el templo, salió y se ahorcó. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces él, arrojando las monedas en el Templo, se marchó y fue a ahorcarse. La Biblia Textual 3a Edicion Y arrojando las piezas de plata en el santuario, se retiró y se marchó de allí, y se ahorcó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces él arrojó las monedas de plata contra el templo, se marchó y se ahorcó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. |
Mientras tanto Aquitofel, viendo que no se había seguido su consejo aparejó su asno, montó, y se fue a su casa de Gilo, su patria; y dispuestos los negocios de su familia, se ahorcó; y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
Y viendo Zambri que la ciudad iba a ser tomada, entró en el palacio, y se abrasó junto con la casa real, y murió
Y le dijo su mujer: ¿Todavía permaneces tú en tu estúpida simplicidad? Sí, bendice a Dios, y muérete.
Por esta causa mi alma quisiera más un patíbulo, y cualquier muerte para mis huesos.
Al contrario tú, ¡oh Dios!, dejarás caer a aquellos en el pozo de la perdición. Los hombres sanguinarios y alevosos no llegarán a la mitad de sus días; pero yo, ¡oh Señor!, tengo puesta en ti mi esperanza.
y dijeron: Este dijo: Yo puedo destruir el templo de Dios y reedificarlo en tres días.
Pero los príncipes de los sacerdotes, recogidas las monedas, dijeron: No es lícito meterlas en el tesoro del templo siendo como son precio de sangre.
Entretanto estaba el pueblo esperando a Zacarías, y maravillándose de que se detuviese tanto en el templo.
según el estilo que había entre los sacerdotes, entrar en el templo del Señor, o lugar llamado santo,
Entonces Abimelec, llamando a toda prisa a su escudero, le dijo: Saca tu espada, y mátame; porque no se diga que fui muerto por una mujer. El escudero, ejecutando el mandato, lo acabó de matar.