Mas así que Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, cubrió su carne con un cilicio, ayunó, y durmió envuelto en el saco de penitencia, y andaba cabizbajo o humillado.
Mateo 27:4 - Biblia Torres Amat 1825 Diciendo: Yo he pecado, pues he vendido la sangre inocente. A lo que dijeron ellos: A nosotros ¿qué nos importa? ¡Tú verás! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Biblia Nueva Traducción Viviente —He pecado —declaró—, porque traicioné a un hombre inocente. —¿Qué nos importa? —contestaron—. Ese es tu problema. Biblia Católica (Latinoamericana) Les dijo: 'He pecado: he entregado a la muerte a un inocente. Ellos le contestaron: '¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo. La Biblia Textual 3a Edicion diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú! Biblia Serafín de Ausejo 1975 diciendo: 'He pecado entregando sangre inocente'. Pero ellos contestaron: 'Y a nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) diciendo: Yo he pecado entregando la sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Qué a nosotros? Míralo tú. |
Mas así que Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, cubrió su carne con un cilicio, ayunó, y durmió envuelto en el saco de penitencia, y andaba cabizbajo o humillado.
y de la sangre inocente que derramó, inundando a Jerusalén con la sangre de personas inocentes; por esta razón no quiso el Señor aplacarse.
haciendo antes ver que vosotros sois unos zurcidores de mentiras y secuaces de perversos dogmas.
Muchas veces he oído esas mismas cosas; consoladores bien pesados sois todos vosotros.
Y llamando el faraón en aquella misma noche a Moisés y a Aarón, les dijo: Marchad y retiraos prontamente de mi pueblo, así vosotros como los hijos de Israel. Id y ofreced sacrificios al Señor como decís.
Envió, en fin, el faraón a llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: También esta vez he pecado: el Señor es justo; yo y mi pueblo unos impíos.
Por su doctrina se dará a conocer el hombre; pero el vano y sin cordura será objeto de desprecio.
Sabed, no obstante, y tened por cierto, que si me quitáis la vida, derramaréis la sangre inocente, y la haréis recaer sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes; porque verdaderamente es el Señor el que me ha enviado a comunicar a vuestros oídos todas las estas palabras.
Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
Y estando él sentado en su tribunal, le envío a decir su mujer: No te mezcles en las cosas de ese justo, porque son muchas las congojas que hoy he padecido en sueños por su causa.
Entretanto el centurión y los que con él estaban guardando a Jesús , visto el terremoto y las cosas que sucedían, se llenaron de gran temor, y decían: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
El, no obstante, por tercera vez les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho éste? Yo no hallo en él delito alguno de muerte; así que, después de castigarle, le daré por libre.
Y nosotros a la verdad estamos en él justamente, pues pagamos la pena merecida por nuestros delitos; pero éste ningún mal ha hecho.
Así que vio el centurión lo que acababa de suceder, glorificó a Dios diciendo: Verdaderamente era éste un hombre justo.
Le respondieron los judíos: Nosotros tenemos una ley, y según esta ley debe morir, porque se ha hecho Hijo de Dios.
cuando no hallando en él ninguna causa de muerte, no obstante pidieron a Pilatos que le quitase la vida.
Pero sabemos que cuantas cosas dice la ley, todas las dirige a los que profesan la ley a fin de que toda boca enmudezca, y todo el mundo, así judíos como gentiles, se reconozca reo delante de Dios;
quienes prohibirán el matrimonio y el uso de los manjares, que Dios creó para que los tomasen con acción de gracias los fieles y los que han conocido la verdad.
el cual no tiene necesidad, como los demás sacerdotes, de ofrecer cada día sacrificios, primeramente por sus pecados, y después por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez sola, ofreciéndose a sí mismo.
predestinado sí ya de antes de la creación del mundo, pero manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros,
Pero al cabo de tres días y medio entró en ellos por virtud de Dios el espíritu de vida. Y se alzaron sobre sus pies, con lo que un terror grande sobrecogió a los que los vieron.
Dijo Saúl a Samuel: He pecado por haber quebrantado el mandato del Señor, y despreciado tus dictámenes, temiendo al pueblo, y condescendiendo con él.
A lo que dijo Saúl: Yo he pecado; mas te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo, y en presencia de Israel, y te vuelvas conmigo, a fin de que a tu lado adore al Señor Dios tuyo.
El puso su vida en el mayor riesgo, y mató al filisteo; con el cual dio el Señor una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te llenaste de gozo. Pues, ¿por qué quieres ahora pecar, derramando sangre inocente, matando a David que no es culpable de nada?