Llegado al templo, se acercaron a él, cuando estaba ya enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos o senadores del pueblo, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te ha dado tal potestad?
Mateo 26:55 - Biblia Torres Amat 1825 En aquella hora dijo Jesús a aquel tropel de gentes: Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos a prenderme; cada día estaba sentado entre vosotros enseñándoos en el templo, y nunca me prendisteis; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Jesús le dijo a la multitud: «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí todos los días. Biblia Católica (Latinoamericana) En ese momento, Jesús dijo a la gente: 'A lo mejor buscan un ladrón y por eso salieron a detenerme con espadas y palos. Yo sin embargo me sentaba diariamente entre ustedes en el Templo para enseñar, y no me detuvieron. La Biblia Textual 3a Edicion En aquella hora Jesús dijo a las turbas: ¿Como contra un bandido salisteis a prenderme con espadas y garrotes? Cada día° me sentaba para enseñar en el templo,° y no me prendisteis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces dijo Jesús a la gente: '¿Como a un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Día tras día estaba yo sentado en el templo enseñando, y no me arrestasteis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En aquella hora, dijo Jesús a la multitud: ¿Como contra un ladrón habéis salido, con espadas y palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. |
Llegado al templo, se acercaron a él, cuando estaba ya enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos o senadores del pueblo, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te ha dado tal potestad?
Aún no había acabado de decir esto, cuando llegó Judas, uno de los doce, seguido de gentes armadas con espadas y con palos, que venían enviadas por los príncipes y sacerdotes y ancianos o senadores del pueblo.
Y partiendo de allí llegó a los confines de Judea, al otro lado del Jordán, donde concurrieron de nuevo alrededor de él los pueblos vecinos, y se puso otra vez a enseñarlos, como tenía de costumbre.
Y enseñando y razonando después Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo o Mesías es hijo de David?
Y enseñaba todos los días en el templo. Pero los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los principales del pueblo buscaban cómo quitarle del mundo.
En uno de estos días, estando él en el templo instruyendo al pueblo, y anunciándole la buena nueva, vinieron los príncipes de los sacerdotes y los escribas con los ancianos,
Y arrollado o cerrado, el libro, se lo entregó al ministro, y se sentó. Todos en la sinagoga tenían fijos en él los ojos.
Como quiera, hacia la mitad de la fiesta, subió Jesús al templo, y se puso a enseñar.
Entretanto, prosiguiendo Jesús en instruirlos, decía en alta voz en el templo: Vosotros pensáis que me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero yo no he venido de mí mismo, sino que quien me ha enviado es veraz, al cual vosotros no conocéis.
Y al romper el día volvió según costumbre al templo; y como todo el pueblo concurría a él, sentándose se puso a enseñarlos.
Estas cosas las dijo Jesús enseñando en el templo, en el atrio del tesoro; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.