Lo cual oído por el rey, montó en cólera, y enviando sus tropas acabó con aquellos homicidas, y abrasó su ciudad.
Mateo 22:8 - Biblia Torres Amat 1825 Entonces dijo a sus criados: Las prevenciones para las bodas están hechas, mas los convidados no eran dignos de asistir a ellas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. Biblia Nueva Traducción Viviente Y les dijo a los sirvientes: “La fiesta de bodas está lista y las personas a las que invité no son dignas de tal honor. Biblia Católica (Latinoamericana) Después dijo a sus servidores: 'El banquete de bodas sigue esperando, pero los que habían sido invitados no eran dignos. La Biblia Textual 3a Edicion Después dijo a sus siervos: La boda a la verdad está preparada, pero los invitados no eran dignos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego dice a sus criados: 'El banquete de bodas está preparado, pero los convidados no se lo merecían. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas, pero los que fueron invitados no eran dignos. |
Lo cual oído por el rey, montó en cólera, y enviando sus tropas acabó con aquellos homicidas, y abrasó su ciudad.
Id, pues, a las salidas de los caminos, y a todos cuantos encontréis convidadlos a las bodas.
Les respondió Jesús : ¿Acaso los amigos del esposo pueden andar afligidos mientras el esposo está con ellos? Ya vendrá el tiempo en que les será arrebatado el esposo, y entonces ayunarán.
pero entre los que serán juzgados dignos del otro siglo y de la resurrección de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos.
Velad, pues, orando en todo tiempo, a fin de merecer el evitar todos estos males venideros, y comparecer ante el Hijo del hombre.
Entonces Pablo y Bernabé con gran entereza les dijeron: A vosotros debía ser primeramente anunciada la palabra de Dios; mas ya que la rechazáis, y os juzgáis vosotros mismos indignos de la vida eterna, de hoy en adelante nos vamos a predicar a los gentiles:
Porque delante de Dios es justo que él aflija a su vez a aquellos que ahora os afligen;
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero, para tener derecho al árbol de la vida y a entrar por las puertas de la ciudad santa.
El que venciere será igualmente vestido de ropas blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida, antes bien le celebraré delante de mi Padre y delante de sus ángeles.