Las palabras de su boca son injusticia y embustes; no ha querido instruirse para obrar bien.
Mateo 15:18 - Biblia Torres Amat 1825 Mas lo que sale de la boca, del corazón sale, y eso es lo que mancha al hombre. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente pero las palabras que ustedes dicen provienen del corazón; eso es lo que los contamina. Biblia Católica (Latinoamericana) En cambio lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona. La Biblia Textual 3a Edicion Pero las cosas que salen° de la boca° provienen del corazón, y ésas contaminan al hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero lo que sale de la boca procede del corazón, y esto sí que contamina al hombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero lo que sale de la boca, del corazón sale, y esto contamina al hombre. |
Las palabras de su boca son injusticia y embustes; no ha querido instruirse para obrar bien.
Los labios del justo se emplean en hablar cosas agradables a Dios; y en hablar cosas perversas la boca del impío.
La lengua de los sabios da lustre a la sabiduría; hierve en necedades la boca de los fatuos.
El justo pone todo su estudio en la obediencia; mas la boca de los impíos rebosa sólo maldades.
El hombre apóstata es un hombre perniciosísimo; no habla más que iniquidades:
¡Oh raza de víboras! ¿Cómo es posible que vosotros habléis cosa buena, siendo, como sois, malos? Puesto que de la abundancia del corazón habla la boca.
No lo que entra por la boca es lo que mancha al hombre, sino lo que sale de la boca; eso es lo que le mancha.
¿Pues no conocéis que todo cuanto entra en la boca pasa de allí al vientre y se echa en lugares secretos?
Mas las cosas, decía, que salen del corazón del hombre, ésas son las que manchan al hombre;
Le dijo el amo: ¡Oh mal siervo!, por tu propia boca te condeno; sabías que yo soy un hombre duro y austero, que me llevo lo que no deposité y siego lo que no he sembrado;
De impíos es hacer acciones impías, según dice el antiguo proverbio; y así Dios me libre de extender mi mano contra ti.