Y arrojado el demonio, habló el mudo, y las gentes se llenaron de admiración, y decían: Jamás se ha visto cosa semejante en Israel.
Lucas 4:36 - Biblia Torres Amat 1825 Con lo que todos se atemorizaron, y conversando unos con otros decían: ¿Qué es esto? El manda con autoridad y poderío a los espíritus inmundos, y van fuera. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? Biblia Nueva Traducción Viviente La gente, asombrada, exclamó: «¡Qué poder y autoridad tienen las palabras de este hombre! Hasta los espíritus malignos lo obedecen y huyen a su orden». Biblia Católica (Latinoamericana) La gente quedó aterrada y se decían unos a otros: '¿Qué significa esto? ¿Con qué autoridad y poder manda a los demonios? ¡Y miren cómo se van!' La Biblia Textual 3a Edicion Y sobrevino un gran asombro sobre todos, y conversaban entre ellos, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos quedaron llenos de estupor y lo comentaban unos con otros, diciendo: '¿Qué palabra es ésta, que manda con autoridad y fuerza a los espíritus impuros, y salen?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todos estaban asombrados, y hablaban entre sí, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? |
Y arrojado el demonio, habló el mudo, y las gentes se llenaron de admiración, y decían: Jamás se ha visto cosa semejante en Israel.
y quedaron todos atónitos, tanto que se preguntaban unos a otros: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? El manda con imperio aun a los espíritus inmundos, y le obedecen.
y tanto más crecía su admiración, y decían: Todo lo ha hecho bien: él ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos.
Y todos los que supieron el suceso, se maravillaron, igualmente, de lo que los pastores les habían contado.
Y estaban asombrados de su doctrina, porque su modo de predicar era de gran autoridad.
Habiendo, pues, Cristo padecido por nosotros la muerte en su carne, armaos también vosotros de esta consideración, y es que quien mortificó o murió a la carne por el bautismo , ha acabado de pecar.