guísame de ello un plato según sabes que gusto, y tráemelo para que le coma, y te bendiga mi alma antes que yo muera.
Lucas 24:50 - Biblia Torres Amat 1825 Después los sacó afuera camino de Betania; y levantando las manos les echó su bendi-ción. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús los llevó a Betania, levantó sus manos al cielo y los bendijo. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. La Biblia Textual 3a Edicion Y los condujo fuera hasta cerca de Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los condujo fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. |
guísame de ello un plato según sabes que gusto, y tráemelo para que le coma, y te bendiga mi alma antes que yo muera.
Son mis hijos, respondió José, que Dios me ha dado en este país. Acércamelos, dijo Jacob , que quiero bendecirlos.
Todos éstos son los caudillos de las doce tribus de Israel. Estas cosas les anunció su padre, bendiciendo a cada uno con su bendición peculiar.
y extendiendo las manos hacia el pueblo, le bendijo. Concluidos de esta manera los sacrificios por el pecado, y los holocaustos, y las víctimas pacíficas bajó del altar.
Y estrechándolos entre sus brazos, y poniendo sobre ellos las manos los bendecía.
Cuando iban acercándose a Jerusalén , al llegar junto a Betania, al pie del monte de los Olivos, despachó dos de sus discípulos,
Y mientras los bendecía, se fue separando de ellos, y elevándose al cielo.
Después de esto se volvieron los discípulos a Jerusalén , desde el monte llamado de los Olivos, que dista de Jerusalén el espacio de camino que puede andarse en sábado.
Dicho esto, se fue elevando a vista de ellos por los aires, hasta que una nube le encubrió a sus ojos.
Así mismo oren también las mujeres en traje decente, ataviándose con recato y modestia, o sin superfluidad, y no con los cabellos rizados o ensortijados, ni con oro, o con perlas, o costosos adornos;
Con esto les dio Josué su bendición, y los despachó, y se volvieron a sus casas.