y en suma, antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuele a Dios, que le dio el ser.
Lucas 24:39 - Biblia Torres Amat 1825 Mirad mis manos y mis pies, yo mismo soy, palpad, y considerad que un espíritu no tiene carne, ni huesos, como vosotros veis que yo tengo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Biblia Nueva Traducción Viviente Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo». Biblia Católica (Latinoamericana) Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo. La Biblia Textual 3a Edicion Ved mis manos y mis pies, que Yo mismo soy; palpadme y ved, pues un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que Yo tengo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y vedme, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como estáis viendo que los tengo yo '. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpadme y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. |
y en suma, antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuele a Dios, que le dio el ser.
Aquí Moisés y Aarón se postraron sobre su rostro, y dijeron: ¡Oh fortísimo Dios de los espíritus de todos los hombres! ¿es posible que por el pecado de uno se ha de ensañar tu ira contra todos?
Entonces Jesús clamando con una voz muy grande, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y diciendo esto, expiró.
Y Jesús les dijo: ¿De qué os asustáis y por qué dais lugar en vuestro corazón a tales pensamientos?
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Se llenaron de gozo los discípulos con la vista del Señor.
Le dijeron después los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Mas él les respondió: Si yo no veo en sus manos la hendidura de los clavos, y no meto mi dedo en el agujero que en ellas hicieron, y mi mano en la llaga de su costado, no lo creeré.
Después dice a Tomás: Mete aquí tu dedo, y registra mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seáis incrédulo, sino fiel.
A los cuales se había manifestado también después de su pasión, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles en el espacio de cuarenta días, y hablándoles de las cosas tocantes al reino de Dios.
Y a la verdad aquellos por pocos días no castigaban a su arbitrio; pero éste nos amaestra en aquello que sirve para hacernos santos.
vida que se hizo patente, y así la vimos, y damos de ella testimonio, y os predicamos esta vida eterna, la cual estaba en el Padre y se dejó ver de nosotros,