Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Lucas 23:40 - Biblia Torres Amat 1825

Mas el otro le reprendía, diciendo: ¿Cómo, ni aun tú temes a Dios, estando como estás en el mismo suplicio?

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte?

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero el otro lo reprendió diciendo: '¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?'

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero interviniendo el otro, reprendiéndolo,° dijo: ¿Ni aun temes a Dios, tú que estás en el mismo castigo?°

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero el otro lo reprendió, diciendo: '¿Ni siquieras tú temes a Dios, tú que estás padeciendo el mismo suplicio?

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aun estando en la misma condenación?

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Lucas 23:40
12 Referans Kwoze  

Sobre todo esto, en el mismo tiempo de su angustia aumentó las ofensas contra el Señor; de suerte que el mismo rey Acaz


Resolvió el impío en su corazón el hacer el mal; no hay temor de Dios ante sus ojos.


Señor, tus ojos están mirando siempre la fidelidad o verdad; azotaste a estos perversos, y no les dolió; los moliste a golpes, y no han hecho caso de la corrección; endurecieron sus frentes más que un peñasco, y no han querido convertirse a ti.


No aborrezcas en tu corazón a tu hermano, sino corrígele y explícatele abiertamente, para no caer en pecado por su causa.


Venidos, pues, los que habían ido cerca de las cinco de la tarde recibieron un denario cada uno.


Y les dijo Jesús : ¿De qué teméis, oh hombres de poca fe? Entonces, puesto en pie, mandó a los vientos y al mar que se apaciguaran, y siguió una gran calma.


Yo quiero mostraros a quién habéis de temer: Temed al que, después de quitar la vida, puede arrojar al infierno. A éste es, os repito, a quien habéis de temer.


Y uno de los ladrones que estaban crucificados, blasfemaba contra Jesús , diciendo: Si tú eres el Cristo , o Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros.


Y nosotros a la verdad estamos en él justamente, pues pagamos la pena merecida por nuestros delitos; pero éste ningún mal ha hecho.


No queráis, pues, ser cómplice de las obras infructuosas de las tinieblas; antes bien, reprendedlas;


¿Quién no te temerá, ¡oh Señor!, y no engrandecerá tu santo Nombre puesto que tú solo eres el Santo?; de aquí es que todas las naciones vendrán, y se postrarán en tu acatamiento, visto que tus juicios están manifiestos.


Y blasfemaron del Dios del cielo por causa de sus dolores y llagas, mas no se arrepintieron de sus obras.