Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob ? Ahora, pues, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Lucas 20:38 - Biblia Torres Amat 1825 Claro está que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos viven. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven. Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos, porque todos están vivos para él. Biblia Católica (Latinoamericana) El no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos viven por él. La Biblia Textual 3a Edicion Así que no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven para él'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque Él no es Dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven para Él. |
Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob ? Ahora, pues, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Y en verdad que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Luego estáis vosotros en un gran error.
Entonces algunos de los escribas, tomando la palabra, le dijeron: Maestro, bien has respondido.
Aún resta un poco de tiempo; después del cual el mundo ya no me verá. Pero vosotros me veréis, porque yo vivo, y vosotros viviréis.
Así como el Padre que me ha enviado vive, y yo vivo por el Padre; así quien me come, también él vivirá por mí.
Porque si bien fue crucificado como débil según la carne, no obstante vive ahora por la virtud de Dios. Así también nosotros somos débiles con él; pero estaremos también vivos con él por la virtud de Dios que haremos brillar entre vosotros.
¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Por la fe de Abrahán, cuando fue probada su fidelidad por Dios, ofreció a Isaac, y el mismo que había recibido las promesas, ofrecía y sacrificaba al unigénito suyo;
Se mostró también un río de agua de vida, claro como un cristal, que manaba del solio de Dios y del Cordero.