He andado errante como una oveja descarriada: ven a buscar a tu siervo, porque no me he olvidado, ¡oh Señor!, de tus mandamientos.
Lucas 15:4 - Biblia Torres Amat 1825 ¿Quién hay de vosotros que teniendo cien ovejas, y habiendo perdido una de ellas, no deja las noventa y nueve en la dehesa, y no vaya en busca de la que se perdió, hasta encontrarla? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Biblia Nueva Traducción Viviente «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? Biblia Católica (Latinoamericana) Si alguno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió hasta que la encuentra? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Qué hombre de vosotros que tiene cien ovejas y pierde° una de ellas, no deja° las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido, hasta que la halla? Biblia Serafín de Ausejo 1975 '¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no abandona las noventa y nueve en el desierto y va en busca de la que se le ha perdido, hasta encontrarla? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? |
He andado errante como una oveja descarriada: ven a buscar a tu siervo, porque no me he olvidado, ¡oh Señor!, de tus mandamientos.
Como ovejas descarriadas hemos sido todos nosotros; cada cual se desvió de la senda del Señor para seguir su propio camino, y a él sólo le ha cargado el Señor sobre las espaldas la iniquidad de todos nosotros.
En las ciudades de las montañas, y en las ciudades de las llanuras, y en las ciudades meridionales, y en la tierra de Benjamín, y en las ciudades de Judá, todavía se verán pasar las reses, dice el Señor, debajo de la mano de su pastor, que las irá contando.
Rebaño perdido fue el pueblo mío; sus pastores lo extraviaron y lo hicieron ir vagando por las montañas; anduvo por montes y collados, y se olvidó del lugar de su reposo.
Andaré en busca de aquellas que se habían perdido, y recogeré las que habían sido abandonadas, vendaré las heridas de aquellas que han padecido alguna fractura, y daré vigor a las débiles, y conservaré las que son gordas y gruesas, y a todas las apacentaré con juicio o sabiduría.
Vosotros, pues, oh hombres, vosotros sois los rebaños míos, los rebaños que yo apaciento, y yo soy el Señor Dios vuestro, dice el Señor.
No fortalecisteis las ovejas débiles, no curasteis las enfermas, no bizmasteis las perniquebradas, ni recogisteis las descarriadas, ni fuisteis en busca de las perdidas; sino que dominabais sobre ellas con aspereza y con prepotencia.
Juro yo, dice el Señor Dios, que pues mis rebaños han sido entregados al robo, y mis ovejas a ser devoradas de todas las fieras del campo, por falta de pastor; pues mis pastores no cuidaban de mi grey; cuidaban, sí, de apacentarse a sí mismos, y no de apacentar mis ovejas.
Mas él les dijo: ¿Qué hombre habrá entre vosotros que tenga una oveja, si ésta cae en una fosa en día sábado, no la levante y saque fuera?
Mas el Señor, dirigiéndole a él la palabra, dijo: ¡Hipócritas!, ¿cada uno de vosotros no suelta su buey o su asno del pesebre, aunque sea sábado, y los lleva a abrevar?
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que había perecido.
Por donde tú eres inexcusable, ¡oh hombre, quienquiera que seas!, que te metes a condenar a los demás. Pues en lo que condenas a otro te condenas a ti mismo, haciendo como haces tú, ¡oh judío!, aquellas mismas cosas que condenas.
Así mismo las mujeres sean obedientes a sus maridos, a fin de que con eso si algunos no creen por el medio de la predicación de la palabra, sean ganados sin ella por sólo el trato con sus mujeres,