Lucas 12:42 - Biblia Torres Amat 1825 Respondió el Señor: ¿Quién piensas que es aquel administrador fiel y prudente, a quien su amo constituyó mayordomo de su familia, para distribuir a cada uno a su tiempo la medida de trigo correspondiente? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Biblia Nueva Traducción Viviente Y el Señor respondió: —Un siervo fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás siervos y alimentarlos. Biblia Católica (Latinoamericana) El Señor contestó: 'Imagínense a un administrador digno de confianza y capaz. Su señor lo ha puesto al frente de sus sirvientes y es él quien les repartirá a su debido tiempo la ración de trigo. La Biblia Textual 3a Edicion El Señor respondió: ¿Quién pues es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su casa para que dé ración a tiempo? Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Señor contestó: '¿Quién es el administrador fiel y sensato a quien el señor pondrá al frente de sus criados, para darles la ración de trigo a su debido tiempo? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su familia, para que a tiempo les dé su ración? |
Por su doctrina se dará a conocer el hombre; pero el vano y sin cordura será objeto de desprecio.
Se aficiona el hombre al dictamen que ya ha manifestado; mas aquella es óptima palabra, que es la más oportuna.
Quien cuida de la higuera, comerá sus frutos; y el que cuida bien de su amo, será honrado.
Se levanta antes que amanezca y distribuye las raciones a sus domésticos, y el alimento a sus criadas.
El Señor me dio una lengua sabia, a fin de que sepa y sostener con mis palabras al que está desmayado; él me llama por la mañana, me llama de madrugada a mis oídos, para que le escuche como a maestro.
Y crearé para ellas unos pastores que las apacentarán con pasos saludables; no tendrán ya miedo ni pavor alguno, y no faltará ninguna de ellas en el redil, dice el Señor.
Vosotros os alimentáis de su leche, y os vestís de su lana, y matáis las reses más gordas; mas no apacentáis mi grey.
Y él añadió: Por eso todo doctor bien instruido en lo que mira al reino de los cielos es semejante a un padre de familia que va sacando de su repuesto cosas nuevas y cosas antiguas, según conviene.
Puesto el sol, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: Llama a los trabajadores y págales el jornal, empezando desde los últimos y acabando en los primeros.
Dichoso tal siervo, si su amo a la vuelta le halla ejecutando así su deber.
Y Juan, llamando a dos de ellos, los envió a Jesús para que le hiciesen esta pregunta: ¿Eres tú aquel que vendrá a salvar al mundo, o debemos esperar a otro?
Velad sobre vosotros y sobre toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha instituido obispos, para apacentar o gobernar la Iglesia de Dios, que ha ganado él con su propia sangre.
Y es ciertamente grande a todas luces el misterio de la piedad, o amor divino, en que el Hijo de Dios se ha manifestado en carne mortal, ha sido justificado por el Espíritu Santo, ha sido visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, elevado a la gloria.
Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y también: El obrero merece su jornal.
Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina, sino que, teniendo una comezón extremada de oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a un montón de doctores propios para satisfacer sus desordenados deseos,
sino amante de la hospitalidad, dulce y afable, sobrio, justo, religioso, continente,
Orad por nosotros, porque seguros estamos de que en ninguna cosa nos acusa la conciencia deseando comportarnos bien en todo.
Pero Cristo se ha dejado ver como hijo en su propia casa; la cual casa somos nosotros, si hasta el fin mantenemos firme la animosa confianza en él y la esperanza de la gloria.
El que habla o predica la palabra divina, hágalo de modo que parezca que habla Dios por su boca; quien tiene algún ministerio eclesiástico, ejercítelo como una virtud que Dios le ha comunicado, a fin de que en todo cuanto hagáis sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.