Y dijeron los hechiceros al faraón: Es el dedo de Dios el que aquí obra. Pero se endureció el corazón del faraón y no escuchó a Moisés ni a Aarón, como el Señor había dispuesto o predicho.
Lucas 11:20 - Biblia Torres Amat 1825 Pero si yo lanzo demonios con el dedo de Dios, es evidente que ha llegado ya el reino de Dios a vosotros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, si con el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado° a vosotros el reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. |
Y dijeron los hechiceros al faraón: Es el dedo de Dios el que aquí obra. Pero se endureció el corazón del faraón y no escuchó a Moisés ni a Aarón, como el Señor había dispuesto o predicho.
Pero en el tiempo de aquellos reinos, el Dios del cielo levantará un reino que nunca jamás será destruido; y este reino no pasará a otra nación, sino que quebrantará y aniquilará todos estos reinos, y él subsistirá eternamente.
Mas si yo echo los demonios en virtud del espíritu de Dios, se sigue por cierto que ya el reino de Dios, o el Mesías, ha llegado a vosotros.
con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba.
Hasta el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad, lo sacudimos contra vosotros; mas sabed que el reino de Dios está cerca.
y curad a los enfermos que en ella hubiere, y decidles: El reino de Dios está cerca de vosotros.
Cuando un hombre valiente bien armado, guarda la entrada de su casa, todas las cosas están seguras.
Ahora bien, yo sé que ninguno de todos vosotros, por cuyas tierras he discurrido predicando el reino de Dios me volverá a ver.
Porque delante de Dios es justo que él aflija a su vez a aquellos que ahora os afligen;