Mucho se habla y discurre en las disputas, y en todas ellas se ve mucha vanidad.
Lucas 10:41 - Biblia Torres Amat 1825 Pero el Señor le dio estas respuestas: Marta, Marta, tú te afanas y acongojas en muchísimas cosas; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor le dijo: —Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero el Señor le respondió: 'Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas:' La Biblia Textual 3a Edicion Pero el Señor, respondiendo, le dijo: Marta, Marta, afanada y molesta estás por muchas cosas; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero el Señor le contestó: 'Marta, Marta, te afanas y te agitas por muchas cosas; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, estás afanada y turbada con muchas cosas: |
Mucho se habla y discurre en las disputas, y en todas ellas se ve mucha vanidad.
pero los afanes del siglo, y la ilusión de las riquezas, y los demás apetitos desordenados a que dan entrada, ahogan la palabra divina, y viene a quedar infructuosa.
Prosiguiendo Jesús su viaje a Jerusalén , entró en cierta aldea, donde una mujer, por nombre Marta, lo hospedó en su casa.
Mientras tanto Marta andaba muy afanada en disponer todo lo que era menester, por lo cual se presentó a Jesús y dijo: Señor, ¿no reparas que mi hermana me ha dejado sola en las faenas de la casa? Dile, pues, que me ayude.
Y después dijo a sus discípulos: Por eso os digo a vosotros: No andéis inquietos en orden a vuestra vida, sobre lo que comeréis y en orden a vuestro cuerpo sobre qué vestiréis.
Velad, pues, sobre vosotros mismos, no suceda que se ofusquen vuestros corazones con la glotonería, y embriaguez, y los cuidados de esta vida, y os sobrecoja de repente aquel día,
la semilla caída entre espinas, son los que la escucharon, pero con los cuidados, y las riquezas y delicias de la vida, al cabo la sofocan, y nunca llega a dar fruto.
Estaba enfermo por este tiempo un hombre llamado Lázaro, vecino de Betania, patria de María y de Marta sus hermanas.
Aquí le dispusieron una cena, Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él.
No os inquietéis por la solicitud de cosa alguna; mas en todo presentad a Dios vuestras peticiones por medio de la oración y de las plegarias, acompañadas de acción de gracias.