En la posada, abriendo uno de ellos el costal para dar un pienso al jumento, visto el dinero en la boca del saco,
Lucas 10:34 - Biblia Torres Amat 1825 y arrimándose, vendó sus heridas bañándolas con aceite y vino; y subiéndole en su cabalgadura, le condujo al mesón, y cuidó de él. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Biblia Nueva Traducción Viviente Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. La Biblia Textual 3a Edicion y allegándose, vendó sus heridas derramando aceite y vino, y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón, y cuidó de él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 se acercó a él, le vendó las heridas después de habérselas ungido con aceite y vino, lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a la posada y se ocupó de cuidarlo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndolo sobre su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. |
En la posada, abriendo uno de ellos el costal para dar un pienso al jumento, visto el dinero en la boca del saco,
Estando Moisés en el camino, se le presentó el Señor en una posada, en ademán de quererle quitar la vida.
Ella ha hecho cuanto estaba en su mano; se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura.
Pero un caminante samaritano, llegó adonde estaba, y viéndole se movió a compasión;
Al día siguiente sacó dos denarios, y se los dio al mesonero, diciéndole: Cuídame este hombre; y todo lo que gastares de más yo te lo abonaré a mi vuelta.
Y tuvo a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en el mesón.
Antes bien si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que con hacer eso, amontonarás ascuas encendidas sobre su cabeza.