Le respondió aquel mozo: Llegué yo casualmente al monte Gelboé, al tiempo que Saúl se había arrojado sobre la punta de su lanza; y cuando ya los carros de guerra y la caballería del enemigo se le acercaban,
Lucas 10:31 - Biblia Torres Amat 1825 Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote, y aunque le vio pasó de largo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Biblia Nueva Traducción Viviente »Un sacerdote pasó por allí de casualidad, pero cuando vio al hombre en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo. Biblia Católica (Latinoamericana) Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vió, tomó el otro lado y siguió. La Biblia Textual 3a Edicion Y por coincidencia, cierto sacerdote bajaba por aquel camino, y al verlo, pasó por el lado opuesto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Casualmente, bajaba un sacerdote por aquel camino; y, al verlo, cruzó al otro lado y pasó de largo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció, que descendió un sacerdote por aquel camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado. |
Le respondió aquel mozo: Llegué yo casualmente al monte Gelboé, al tiempo que Saúl se había arrojado sobre la punta de su lanza; y cuando ya los carros de guerra y la caballería del enemigo se le acercaban,
Pensativo miraba si se ponía alguno a mi derecha para defenderme; peno nadie dio a entender que me conociese. Me hallé sin poder huir, y sin nadie que mirase por mi vida.
Tienes ante tus ojos todos los que me atormentan; improperios y miserias aguarda siempre mi corazón. Esperé que alguno se condoliese de mí, mas nadie lo hizo; o quien me consolase, y no hallé quien lo hiciese.
Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, clamará también y no será oído.
Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
¿Que partas tu pan con el hambriento, y que a los pobres y a los que no tienen hogar los acojas en tu casa, y vistas al que veas desnudo, y no desprecies tu propia carne o a tu prójimo?
Los profetas profetizaban mentiras, y los sacerdotes los aplaudían con palmoteos; y mi pueblo gustó de tales cosas: ¿Qué será, pues, de él al llegar su fin?
Escuchad esto, ¡oh sacerdotes! Tú, ¡oh casa de Israel!, oye con atención; atiende bien tú, ¡oh casa real!, porque a vosotros se os va a juzgar. Pues debiendo ser unos centinelas del pueblo, le habéis armado lazos, y sido para él como una red tendida por los cazadores sobre el monte Tabor.
Su garganta es como la de los ladrones; se ha unido con los sacerdotes impíos que matan en el camino a las gentes que van de Siquem; verdaderamente que son horrendas las cosas que han ejecutado.
¿Quién hay entre vosotros que cierre de balde las puertas, y encienda el fuego sobre mi altar? El afecto mío no es hacia vosotros, dice el Señor de los ejércitos, y no aceptaré de vuestra mano ofrenda ninguna.
Entonces Jesús tomando la palabra, dijo: Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó , y cayó en manos de ladrones, que le despojaron de todo, le cubrieron de heridas, y se fueron, dejándolo medio muerto.
Igualmente un levita, a pesar de que se halló vecino al sitio, y le miró, tiró adelante.
Fue, pues, y empezó a recoger espigas detrás de los segadores. Por fortuna el dueño de aquel campo era el mencionado Booz, de la parentela de Elimelec.