De nuevo dijo Elías al pueblo: He quedado yo solo de los profetas del Señor; cuando los profetas de Baal son en número de cuatrocientas cincuenta personas.
Lucas 10:2 - Biblia Torres Amat 1825 Y les decía: La mies de la verdad es mucha, mas los trabajadores pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Biblia Nueva Traducción Viviente Y les dio las siguientes instrucciones: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos. Biblia Católica (Latinoamericana) Les dijo: 'La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha. La Biblia Textual 3a Edicion Y les decía: En verdad la mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad pues al Señor de la mies, para que envíe obreros a su mies.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y les decía: 'La mies es mucha, pero pocos los obreros; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. |
De nuevo dijo Elías al pueblo: He quedado yo solo de los profetas del Señor; cuando los profetas de Baal son en número de cuatrocientas cincuenta personas.
Y os daré pastores según mi corazón, que os apacentarán con la ciencia y con la doctrina.
¡Oh pastor, más bien fantasma de pastor, que desamparas la grey! La espada de la divina venganza le herirá en el brazo y en su ojo derecho, su brazo se secará y quedará árido; y cubierto de tinieblas, su ojo derecho se oscurecerá.
a las cuales sus dueños enviaban a la muerte, sin compadecerse de ellas, y las vendían diciendo: Bendito sea el Señor, nosotros nos hemos hechos ricos. Y aquellos pastores suyos no tenían compasión de ellas.
y descenderé yo, y te hablaré, y yo tomaré de tu espíritu, y lo comunicaré a ellos para que sostengan contigo la carga del pueblo, y no te sea demasiado grave llevándola solo.
Pero él le respondió: ¿A qué fin tienes celos por amor de mí? ¡Ah! ¡Quién me diera que todo el pueblo profetizase y que el Señor concediese a todos su espíritu!
Porque el reino de los cielos se parece a un padre de familia, que al romper el día salió a alquilar jornaleros para su viña,
A la manera de un hombre que saliendo a un viaje largo dejó su casa, y señaló a cada uno de sus criados lo que debía hacer, y mandó al portero que velase,
Por último, les dijo: Id por todo el mundo; predicad el mensaje de salvación a todas las criaturas;
Y sus discípulos fueron, y predicaron en todas partes, cooperando el Señor, y confirmando su doctrina con los milagros que la acompañaban.
Algún tiempo después habiendo convocado a los doce apóstoles, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y virtud de curar enfermedades.
Entretanto los discípulos que se habían esparcido por la persecución suscitada con motivo de Esteban, llegaron hasta Fenicia, y Chipre, y Antioquía, predicando la buena nueva únicamente a los judíos.
Mientras estaban un día ejerciendo las funciones de su ministerio delante del Señor, y ayunando, les dijo el Espíritu Santo: Separadme a Saulo y a Bernabé para la obra a que los tengo destinados.
Ellos, pues, enviados así por el Espíritu Santo fueron a Seleucia; desde donde navegaron a Chipre.
Velad sobre vosotros y sobre toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha instituido obispos, para apacentar o gobernar la Iglesia de Dios, que ha ganado él con su propia sangre.
Pero el Señor me dijo: Anda, que yo te quiero enviar lejos de aquí hacia los gentiles.
Pero los que se habían dispersado andaban de un lugar a otro, predicando la palabra de Dios.
Así es que ha puesto Dios varios miembros en la Iglesia, unos en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar profetas, en el tercero doctores, luego a los que tienen el don de hacer milagros, después a los que tienen gracia de curar, de socorrer al prójimo, don de gobierno, de hablar todo género de lenguas, de interpretar las palabras.
Mas por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; antes he trabajado más copiosamente que todos; pero no yo sino más bien la gracia de Dios que está conmigo.
Y así nosotros como cooperadores del Señor, os exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
Mientras me ha parecido necesario el enviaros ya a Epafrodito, mi hermano, y coadjutor en el ministerio, y compañero en los combates, apóstol o enviado vuestro, y que me ha asistido en mis necesidades.
en atención a que por el servicio de Jesu-cristo ha estado a las puertas de la muerte, exponiendo su vida a trueque de suplir lo que vosotros desde ahí no podíais hacer en obsequio mío.
a cuyo fin dirijo yo todos mis esfuerzos, peleando según el impulso que ejerce en mí el Señor, con su poderosa virtud.
Os saluda Epafras, el cual es de los vuestros, o vuestro paisano, siervo fiel de Jesucristo, siempre solícito en rogar por vosotros en sus oraciones, para que seáis perfectos, y conozcáis bien todo lo que Dios quiere de vosotros.
Porque bien os acordaréis, hermanos míos, de nuestros trabajos y fatigas por amor vuestro; cómo trabajando de día y de noche, a trueque de no gravar a nadie, ganándonos nuestro sustento, predicamos ahí la buena nueva de Dios.
dándoles las mayores muestras de caridad por sus desvelos; conservad la paz con ellos.
y nos veamos libres de los díscolos y malos hombres, porque al fin es de todos el alcanzar la fe.
Que yo ya estoy a punto de ser inmolado, y se acerca el tiempo de mi muerte.
y a la carísima hermana nuestra Apia, su esposa, y a Arquipo, nuestro compañero en los combates, o en la milicia de Cristo , y a la Iglesia congregada en tu casa,
Conozco tus obras, y tus trabajos, y tu paciencia, y que no puedes sufrir a los malos; y que has examinado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;