El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, mientras que yo pongo a tus enemigos por tarima de tus pies.
Lucas 1:43 - Biblia Torres Amat 1825 Y ¿de dónde a mí tanto bien que venga la madre de mi Señor a visitarme? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Por qué se me concede° esto, que la madre de mi Señor venga a mí? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Y de dónde a mí esto: que la madre de mi Señor venga a mí? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Y de dónde esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? |
El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, mientras que yo pongo a tus enemigos por tarima de tus pies.
Todavía estaba él hablando al pueblo, y he aquí su madre y sus hermanos estaban fuera, que le querían hablar.
Juan se resistía a ello, diciendo: Yo debo ser bautizado de ti, ¿y tú vienes a mí?
y exclamando en voz alta, dijo: ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre!
Pues lo mismo fue penetrar la voz de tu saludo en mis oídos, que dar saltos de júbilo la criatura en mi vientre.
y es, que hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador , que es el Cristo , o Mesías, el Señor nuestro.
Por cuya razón, tampoco me tuve por digno de salir en persona a buscarte; pero di tan solo una palabra, y sanará mi criado.
no haciendo nada por tema, ni por vanagloria, sino que cada uno por humildad mire como superiores a los otros,
Y en verdad, todo lo tengo por pérdida o desventaja, en cotejo del sublime conocimiento de mi Señor Jesucristo, por cuyo amor he abandonado y perdido todas las cosas, y las miro como basura, por ganar a Cristo ,
Ella entonces, inclinando su rostro hasta tierra, le hizo una profunda reverencia, y dijo: ¿De dónde a mí tanta dicha, que haya encontrado gracia en tus ojos, y te dignes tratarme con tanta bondad, siendo yo una mujer extranjera?
Y levantándose ella, se inclinó hasta la tierra, y dijo como si hablase con David: Tu sierva se tendría por dichosa de ser empleada en lavar los pies de los criados de mi señor.