traerás el becerro delante del Tabernáculo del Testimonio, y Aarón y sus hijos le pondrán las manos sobre la cabeza,
Levítico 3:2 - Biblia Torres Amat 1825 y pondrá la mano sobre la cabeza de su víctima, la cual será degollada en la entrada del Tabernáculo del Testimonio; y los sacerdotes, hijos de Aarón, derramarán la sangre alrededor del altar; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. Biblia Nueva Traducción Viviente Pon tu mano sobre la cabeza del animal y mátalo a la entrada del tabernáculo. Luego los hijos de Aarón, los sacerdotes, salpicarán la sangre por todos los lados del altar. Biblia Católica (Latinoamericana) Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada de la Tienda de las Citas; y los hijos de Aarón, los sacerdotes, derramarán la sangre en el altar y en su derredor. La Biblia Textual 3a Edicion Apoyará su mano sobre la cabeza de su víctima y la degollará a la entrada de la Tienda de Reunión. Los sacerdotes, hijos de Aarón, rociarán la sangre en derredor sobre el altar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda y la inmolará a la entrada de la tienda del encuentro. Los sacerdotes, los hijos de Aarón, derramarán la sangre alrededor del altar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de la congregación; y los sacerdotes, hijos de Aarón, rociarán su sangre sobre el altar en derredor. |
traerás el becerro delante del Tabernáculo del Testimonio, y Aarón y sus hijos le pondrán las manos sobre la cabeza,
y le degollarás en presencia del Señor, junto a la puerta del Tabernáculo del Testimonio.
Tomarás después uno de los carneros, sobre cuya cabeza pondrán Aarón y sus hijos las manos.
Y después de haberle degollado, tomarás su sangre y la derramarás alrededor del altar.
Asimismo tomarás el otro carnero, sobre cuya cabeza Aarón y sus hijos pondrán las manos,
Como ovejas descarriadas hemos sido todos nosotros; cada cual se desvió de la senda del Señor para seguir su propio camino, y a él sólo le ha cargado el Señor sobre las espaldas la iniquidad de todos nosotros.
y le degollará delante del Señor, al lado del altar que mira el septentrión; y su sangre la derramarán los hijos de Aarón sobre todo el circuito del altar;
Cualquier hombre de la casa de Israel que matare buey, u oveja, o cabra en el campamento, o fuera de él,
en lugar de ofrecerlos a la puerta del Tabernáculo en sacrificio al Señor, será reo de muerte; y así será exterminado de la sociedad de su pueblo, como si hubiese cometido un homicidio.
y sacarán de la hostia pacífica para oblación del Señor el sebo que cubre las entrañas y toda la grasa interior,
pondrá su mano sobre la cabeza de su víctima, la cual será degollada a la entrada del Tabernáculo del Testimonio; y los hijos de Aarón derramarán su sangre en torno del altar;
Ofreció también el segundo carnero para la consagración de los sacerdotes, y pusieron sus manos sobre la cabeza de Aarón y sus hijos.
Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los habitantes de Jerusalén , el espíritu de gracia y de oración; y pondrán sus ojos en mí, a quien traspasaron, y llorarán al que han herido, como suele llorarse un hijo único; y harán duelo por él, como se suele hacer en la muerte de un primogénito.
Mas no harás redimir los primerizos de vaca ni de oveja ni de cabra, porque son cosas consagradas al Señor. Solamente derramarás su sangre sobre el altar, y quemarás las grasas en olor suavísimo al Señor.
Disteis la muerte al autor de la vida, pero Dios le ha resucitado de entre los muertos, y nosotros somos testigos de su resurrección .
Para vosotros en primer lugar es para quienes ha resucitado Dios a su Hijo, y le ha enviado a llenaros de bendiciones, a fin de que cada uno se convierta de su mala vida.
El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.