Levítico 26:37 - Biblia Torres Amat 1825 y se atropellarán unos a otros, como quien huye de la batalla; ninguno de vosotros tendrá valor para resistir al enemigo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. Biblia Nueva Traducción Viviente Aunque nadie vaya tras de ustedes, tropezarán unos con otros, como si huyeran de una espada. No tendrán fuerza para hacerles frente a sus enemigos. Biblia Católica (Latinoamericana) Se atropellarán unos a otros como delante de la espada, aunque nadie los persiga. No se podrán tener en pie ante el enemigo. La Biblia Textual 3a Edicion Cada cual tropezará con su hermano, como huyendo ante la espada, sin que nadie los persiga, y no podréis oponer resistencia delante de vuestros enemigos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tropezarán los unos con los otros, como si huyeran de la espada, aunque nadie los persiga, y no podréis resistir a vuestros enemigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tropezarán los unos en los otros, como si huyeran delante de la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. |
Pero aun cuando vosotros derrotaréis todo el ejército de los caldeos, que os hace la guerra, y solamente quedaren de él algunos pocos heridos, saldrían éstos solos de sus tiendas, y entregarían esta ciudad a las llamas.
Ha derribado un gran número de ellos; han caído unos sobre otros, y han dicho: Levantémonos, volvámonos a nuestro pueblo y al país donde nacimos, sustrayéndonos a la espada de la paloma.
Por tanto así dice el Señor: He aquí que yo lloveré desgracias sobre ese pueblo; caerán a una los padres con los hijos, y el vecino perecerá con su vecino.
Os dirigiré una mirada con rostro airado, y caeréis a los pies de vuestros enemigos, y quedaréis sujetos a los que os aborrecen: os entregaréis a la fuga sin que nadie os persiga.
Y de relucientes espadas, y de relumbrantes lanzas, y de muchedumbre de heridos que mueren, y de grandísima derrota; son innumerables los cadáveres; los unos caen muertos encima de los otros.
No penséis, pues, en ir; porque el Señor no está con vosotros: sino es que queráis ser derrotados por vuestros enemigos.
antes bien doquiera que quisiesen volverse, la mano del Señor descargaba sobre ellos, como se lo tenía dicho y jurado: con lo que se vieron en extremo afligidos.
Y sin embargo los trescientos hombres seguían tocando sin cesar las trompetas. Y el Señor hizo que los enemigos tirasen de sus espadas unos contra otros sin conocerse; de suerte que se degollaban entre sí,
y presentaron a Israel la batalla. Comenzada ésta, Israel volvió las espaldas a los filisteos; quienes mataron en aquel choque, y dejaron tendidos por los campos, como cuatro mil hombres.