Por lo que poniéndome sobre él lo acabé de matar; bien cierto de que no podría sobrevivir después de tal desastre. Tome la diadema de su cabeza y el brazalete de su brazo, y te lo traigo a ti, que eres mi señor.
Jueces 9:54 - Biblia Torres Amat 1825 Entonces Abimelec, llamando a toda prisa a su escudero, le dijo: Saca tu espada, y mátame; porque no se diga que fui muerto por una mujer. El escudero, ejecutando el mandato, lo acabó de matar. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces llamó apresuradamente a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió. Biblia Nueva Traducción Viviente Enseguida él le dijo a su joven escudero: «¡Saca tu espada y mátame! ¡Que no se diga que una mujer mató a Abimelec!». Así que el joven lo atravesó con su espada, y él murió. Biblia Católica (Latinoamericana) Inmediatamente llamó a su escudero y le dijo: '¡Saca tu espada y mátame! No quiero que digan de mí: Lo mató una mujer'. Su escudero entonces lo traspasó y murió. La Biblia Textual 3a Edicion Él llamó apresuradamente a su joven escudero, y le dijo: Desenvaina tu espada y mátame, para que no se diga de mí: ¡Una mujer lo mató! Y el muchacho lo traspasó y murió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él llamó de inmediato a su joven escudero y le dijo: 'Saca tu espada y remátame, para que nadie diga de mí: 'Una mujer lo ha matado''. Su escudero lo traspasó, y él murió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces llamó apresuradamente al joven, su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y el joven lo atravesó, y murió. |
Por lo que poniéndome sobre él lo acabé de matar; bien cierto de que no podría sobrevivir después de tal desastre. Tome la diadema de su cabeza y el brazalete de su brazo, y te lo traigo a ti, que eres mi señor.
volviéndose entonces a mirar atrás, y viéndome, me llamó. Y habiéndole respondido yo: Estoy a tu mandar;
Ponte sobre mí, dijo él, y mátame porque estoy ya en la agonía, y no acaba de salir mi alma.
Por lo que dijo Saúl a su escudero: Desenvaina tu espada, y mátame, para que no vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí. Mas el escudero, sobrecogido de temor y respeto, no quiso hacerlo. Entonces Saúl arrancó su espada, y se arrojó sobre ella.
Lo que visto por su escudero, y cómo Saúl era muerto, se arrojó también él sobre su espada, y murió.
El cual, convocados los de Zabulón y Neftalí, marchó con diez mil combatientes, teniendo a Débora en su compañía.
Y muerto que fue, todos los israelitas que le seguían se volvieron a sus casas.
Y algunos soldados de la guardia avanzada, se dirigieron a Jonatás y a su escudero, les dijeron: Acercaos a nosotros, que tenemos que deciros una cosa. Con esto dijo Jonatás a su escudero: Subamos, sígueme, porque el Señor los ha entregado en manos de Israel.
Subió, pues, Jonatás, trepando con manos y pies, y en pos de él su escudero; y arremetiendo a los enemigos, unos caían a los pies de Jonatás, y a otros mataba su escudero que le iba siguiendo.
Y éste fue el primer destrozo en que Jonatás y su escudero mataron como unos veinte hombres, en el espacio de tierra que suele arar un yunta de bueyes en medio día.
Dijo estonces Saúl a los que con él estaban: Inquirid y averiguad quién se ha salido de nuestro campamento. Habiéndolo averiguado, hallaron que faltaban Jonatás y su escudero.
Le respondió su escudero: Haz cuanto te pareciere; ve adonde gustares, que yo te seguiré a todas partes.
Y fue David y se presentó a Saúl; el cual le cobró mucho cariño, y lo hizo su escudero.
Así murió Saúl aquel día y con él tres de sus hijos, su escudero, y cuantos se hallaban cerca de él.