Isacar será para el trabajo, como asno robusto; se mantendrá en sus términos.
Jueces 5:16 - Biblia Torres Amat 1825 Los de Galaad estaban en reposo a la otra parte del Jordán; y Dan atendía a sus navíos y comercio: lo mismo que Aser que habitaba en la costa del mar, y se mantenía en sus puertos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Por qué te quedaste entre los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén Hubo grandes propósitos del corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué se quedaron sentados en su casa entre los rediles, para oír a los pastores silbar a sus rebaños? Así es, en la tribu de Rubén hubo gran indecisión. Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Por qué te quedaste en tus potreros, oyendo la flauta de tus pastores? Junto a los arroyos de Rubén se contentan con palabrería. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Qué hace sentado entre los apriscos, Escuchando flautas de pastores? Largas fueron las deliberaciones del corazón en los clanes de Rubén, Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Por qué has de seguir echado en los apriscos, escuchando las flautas entre los rebaños? En los riachuelos de Rubén grandes ansiedades de corazón se sienten. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Por qué te quedaste entre los apriscos, para oír los balidos de los rebaños? Por las divisiones de Rubén grandes fueron las reflexiones del corazón. |
Isacar será para el trabajo, como asno robusto; se mantendrá en sus términos.
Enojaos, y no queráis pecar más; compungíos en el retiro de vuestros lechos de las cosas que andáis meditando en vuestros corazones.
Cuando durmiereis en medio de peligros, seréis como alas de paloma plateadas cuyas plumas por la espalda echan brillos de oro.
En esto me ocupaba allá en mi corazón durante la noche, y lo rumiaba, y examinaba mi interior.
Edificad, pues, fortalezas para vuestros niños, y apriscos, y majadas para las ovejas y bestias, y cumplid lo prometido.
Les respondió Moisés: Pues que, ¿han de ir vuestros hermanos a la guerra, y vosotros habéis de quedaron aquí sentados?
el paradero de los cuales es la perdición; cuyo Dios es el vientre, y que hacen gala de lo que es su desdoro y confusión, aferrados a las cosas terrenas.
¿Por qué te estás ahí quieto, ¡oh Rubén!, entre los dos términos de Israel y de sus enemigos oyendo los balidos de tus rebaños? Pero dividido Rubén en partidos contra sí mismos, sus valientes sólo se ocuparon en disputar entre sí.