hábiles tiradores de arco, y que se servían igualmente de ambas manos para arrojar piedras con la honda, y asestar las flechas; parientes de Saúl, y de la tribu de Benjamín.
Jueces 20:16 - Biblia Torres Amat 1825 que eran setecientos hombres muy esforzados, y que peleaban igualmente con la izquierda que con la derecha, y tan diestros en tirar la honda, que podían herir un cabello con una piedra sin errar jamás el tiro. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban. Biblia Nueva Traducción Viviente Entre las tropas selectas de Benjamín había setecientos hombres zurdos, capaces de tirar una piedra con la honda y acertar en un cabello sin errar el blanco. Biblia Católica (Latinoamericana) Había en ese ejército setecientos hombres de élite, zurdos que podían con su honda dar en el blanco con una piedra sin errar un cabello. La Biblia Textual 3a Edicion Toda esa gente, incluyendo los setecientos hombres escogidos, eran zurdos.° Cada uno podía tirar piedras con la honda a un cabello sin errar el tiro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entre toda esta tropa había setecientos hombres escogidos, ambidextros, todos ellos capaces de lanzar con la honda una piedra contra un cabello sin errar el tiro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban. |
hábiles tiradores de arco, y que se servían igualmente de ambas manos para arrojar piedras con la honda, y asestar las flechas; parientes de Saúl, y de la tribu de Benjamín.
A todo este ejército le proveyó Ozías de escudos, y lanzas, y de cascos, y corazas, y de arcos, y de hondas para tirar piedras.
Por la parte de Israel, excluidos los hijos de Benjamín, se hallaron cuatrocientos mil hombres que sabían manejar las armas, y que estaban preparados para la guerra.
Aod se proveyó de una daga de dos cortes, con su guarnición, larga como la palma de la mano, y se la ciñó debajo del sayo en el muslo derecho.
y cogiendo el cayado que llevaba siempre en la mano, escogió del torrente cinco guijarros bien lisos; se los metió en el zurrón de pastor que traía consigo, tomó la honda en su mano, y se fue en busca del filisteo.
Y si alguna vez se levantare algún hombre que te persiga y quisiere atentar contra tu vida, será guardada como en un ramillete de vivientes en el seno del Señor Dios tuyo; y al contrario el alma de tus enemigos será agitada y expelida de la vida como la piedra tirada con la honda.