Se rió, pues, secretamente, diciendo para consigo: ¿Conque después que ya estoy vieja, y mi señor lo está más, pensaré en usar del matrimonio ?
Jueces 19:26 - Biblia Torres Amat 1825 Entonces la mujer vino al rayar el día a la puerta de la casa, donde estaba su señor, y allí se cayó muerta. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando ya amanecía, vino la mujer, y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando ya amanecía, la mujer regresó a la casa donde estaba hospedado su esposo y se desplomó en la puerta de la casa, y permaneció allí hasta que hubo luz. Biblia Católica (Latinoamericana) La mujer regresó al amanecer y se derrumbó delante de la puerta de la casa donde se alojaba su marido. Allí permaneció hasta que fue de día. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando amanecía, la mujer llegó y cayó en la puerta de la casa de aquel hombre donde estaba su señor, hasta que aclaró el día. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al amanecer, vino la mujer y cayó delante de la casa del hombre donde estaba su marido; allí estuvo hasta que fue de día. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando ya amanecía, vino la mujer y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que se hizo de día. |
Se rió, pues, secretamente, diciendo para consigo: ¿Conque después que ya estoy vieja, y mi señor lo está más, pensaré en usar del matrimonio ?
Maridos, vosotros igualmente habéis de cohabitar con vuestras mujeres, tratándolas con honor y discreción como a sexo más débil, y como a coherederas de la gracia, o beneficio de la vida eterna, a fin de que nada estorbe el efecto de vuestras oraciones.
No querían ceder a sus razones: lo que visto por el levita, les sacó a su mujer y la abandonó a sus ultrajes; y habiendo abusado de ella toda la noche, la dejaron libre al venir la mañana.
Así que fue ya de día se levantó su marido y abrió la puerta con ánimo de buscar a su mujer, y proseguir su viaje: y he aquí que su mujer yacía postrada delante de la puerta con las manos extendidas sobre el umbral.
Su marido, queriendo reconciliarse con ella, fue a buscarla y acariciarla, para traérsela otra vez consigo; y se llevó por compañía un criado con dos asnos. La mujer le recibió bien, y lo condujo a casa de su padre. Luego que su suegro tuvo noticia y llegó a divisarle, fue a su encuentro lleno de gozo,