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Juan 8:20 - Biblia Torres Amat 1825

Estas cosas las dijo Jesús enseñando en el templo, en el atrio del tesoro; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús dijo todo esto mientras enseñaba en la parte del templo conocida como la tesorería, pero no lo arrestaron, porque aún no había llegado su momento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús dijo estas cosas en el lugar donde se reciben las ofrendas, cuando estaba enseñando en el Templo, pero nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Estas palabras habló en la tesorería,° mientras enseñaba en el templo, y nadie lo prendió, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Estas palabras las dijo junto al tesoro, mientras estaba enseñando en el templo; y nadie le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

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Lòt tradiksyon



Juan 8:20
17 Referans Kwoze  

A dichos cuatro levitas estaban subordinados todos los ostiarios, y cuidaban de las viviendas y de los tesoros o alhajas del templo del Señor.


En aquella hora dijo Jesús a aquel tropel de gentes: Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos a prenderme; cada día estaba sentado entre vosotros enseñándoos en el templo, y nunca me prendisteis;


Pero los príncipes de los sacerdotes, recogidas las monedas, dijeron: No es lícito meterlas en el tesoro del templo siendo como son precio de sangre.


Estando Jesús sentado frente al arca de las ofrendas, estaba mirando cómo la gente echaba dinero en ella; y muchos ricos echaban grandes cantidades.


y entonces convocando a sus discípulos les dijo: En verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más en el arca , que todos los otros.


Entonces los príncipes de los sacerdotes y los escribas desearon prenderle en aquella misma hora; porque bien conocieron que contra ellos se dirigía la parábola propuesta; mas temieron al pueblo.


Estando un día Jesús mirando hacia el arca del templo, vio a varios ricos que iban echando en él sus ofrendas.


Quisieron entonces prenderle; mas él se escapó de entre sus manos;


Le respondió Jesús : Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Aún no es llegada mi hora.


Como quiera, hacia la mitad de la fiesta, subió Jesús al templo, y se puso a enseñar.


Al oír esto buscaban cómo prenderle; mas nadie puso en él las manos, porque aún no era llegada su hora.


Había entre la muchedumbre algunos que querían prenderle; pero nadie se atrevió a echar la mano sobre él.


Vosotros id a esa fiesta, yo no voy todavía a ella; porque mi tiempo aún no se ha cumplido.


Y al romper el día volvió según costumbre al templo; y como todo el pueblo concurría a él, sentándose se puso a enseñarlos.


Al oír esto, cogieron piedras para tirárselas. Mas Jesús se escondió, y salió del templo.