Y ciertamente ¿qué cosa puedo apetecer yo del cielo, ni qué desearé sobre la tierra fuera de ti, oh Dios mío?
Juan 6:68 - Biblia Torres Amat 1825 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Biblia Nueva Traducción Viviente Simón Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras que dan vida eterna. Biblia Católica (Latinoamericana) Pedro le contestó: 'Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. La Biblia Textual 3a Edicion Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tienes palabras de vida eterna, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Simón Pedro le respondió: 'Señor, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes palabras de vida eterna! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes las palabras de vida eterna. |
Y ciertamente ¿qué cosa puedo apetecer yo del cielo, ni qué desearé sobre la tierra fuera de ti, oh Dios mío?
Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo , o Mesías, el Hijo del Dios vivo.
Y les dijo entonces: ¿Y vosotros, quién decís que soy yo: Pedro, respondiendo por todos, le dice: Tú eres el Cristo o Mesías.
Y vosotros, replicó Jesús , ¿quién decís que soy yo? Respondió Simón Pedro: El Cristo o ungido de Dios.
puesto que yo no he hablado de mí mismo, sino que el Padre que me envió, él mismo me ordenó lo que debo decir, y cómo he de hablar.
Y yo sé que lo que él me ha mandado enseñar, es lo que conduce a la vida eterna. Las cosas, pues, que yo hablo, las digo COMO EL PADRE ME LAS HA DICHO.
Porque yo les di las palabras, que tú me diste; y ellos las han recibido, y han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú eres el que me ha enviado.
En verdad, en verdad os digo, que quien escucha mi palabra, y cree a aquel que me ha enviado, tiene la vida eterna, y no incurre en sentencia de condenación, sino que ha pasado ya de muerte a vida.
Por tanto la voluntad de mi Padre, que me ha enviado, es que todo aquel que ve, o conoce, al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
El espíritu es quien da la vida; la carne o el sentido carnal de nada sirve para entender este misterio; las palabras que yo os he dicho, espíritu y vida son.
Ahora, pues, hermanos míos, hijos de Abrahán, a vosotros es, y a cualquiera que entre vosotros teme a Dios, a quienes es enviado este anuncio de la salvación.
Fuera de él no hay que buscar la salvación en ningún otro. Pues no se ha dado a los hombres otro Nombre debajo del cielo, por el cual debamos salvarnos.
Id al templo, y puestos allí, predicad al pueblo la doctrina de esta ciencia de vida.
Moisés es quien, mientras el pueblo estaba congregado en el desierto, estuvo tratando con el ángel, que le hablaba en el monte Sinaí ; es aquel que estuvo con nuestros padres; el que recibió de Dios las palabras de vida para comunicárnoslas;
Ninguno, respondió Felipe, si crees de todo corazón. A lo que dijo el eunuco: Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.