Después que pasaron estas cosas, probó Dios a Abrahán, y le dijo: Abrahán, Abrahán. Y respondió él: Aquí me tenéis Señor.
Juan 6:6 - Biblia Torres Amat 1825 Mas esto lo decía para probarle, pues bien sabía él mismo lo que había de hacer. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Biblia Nueva Traducción Viviente Lo estaba poniendo a prueba, porque Jesús ya sabía lo que iba a hacer. Biblia Católica (Latinoamericana) Se lo preguntaba para ponerlo a prueba, pues él sabía bien lo que iba a hacer. La Biblia Textual 3a Edicion (Esto decía para probarlo, porque Él sabía lo que iba a hacer.) Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lo decía para ponerlo a prueba; porque bien sabía él lo que iba a hacer. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero esto decía para probarle; pues Él sabía lo que iba a hacer. |
Después que pasaron estas cosas, probó Dios a Abrahán, y le dijo: Abrahán, Abrahán. Y respondió él: Aquí me tenéis Señor.
Verdad es que por haberle sido enviados por embajadores magnates de Babilonia, para que se informaran del prodigio, que por ocasión suya había acaecido en la tierra, el Señor le dejó de su mano; a fin de probarle y hacer patente todo cuanto tenía en su corazón.
Examinaos a vosotros mismos para ver si mantenéis la fe; haced prueba de vosotros. ¿Por ventura no conocéis en vosotros mismos que Cristo Jesús está en vosotros? A no ser que quizá hayáis decaído de lo que antes erais.
no escucharás las palabras de aquel profeta o forjador de sueños; porque el Señor Dios vuestro os prueba para que se haga patente si le amáis o no con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
Dijo después a Leví: Tu perfección, Señor, y tu doctrina fue concedida a tu varón santo, a quien probaste en la tentación y juzgaste en las aguas de la Contradicción.
y te alimentó en el desierto con el maná manjar desconocido de tus padres: y después de haberte afligido y probado, al fin se compadeció de ti;
Y acuérdate de todos los caminos por donde te ha conducido el Señor Dios tuyo en el desierto por espacio de cuarenta años, con el fin de atribularte y probarte, para que se descubriesen las intenciones de tu ánimo, si estabas o no en guardar sus mandamientos.